4 ejemplos de ’emprendedores por necesidad’ que han triunfado

Laura Baena: En defensa de una conciliación real

El Club de Malasmadres se constituye como una comunidad de mujeres y madres “que luchan por romper con el mito de la madre perfecta y alcanzar una conciliación real”. La idea surge de Laura Baena, una creativa publicitaria que en 2014 decide abandonar su trabajo porque le resultaba excesivamente estresante compaginar la carrera profesional con su reciente maternidad. Ese mismo año fundó el Club de Malasmadres, del que también es directora creativa, para reivindicar un espacio propio para las mujeres y madres y luchar por la conciliación laboral y familiar.

Baena es también impulsora del proyecto sin ánimo de lucro Yo No Renuncio también con el propósito de reivindicar “la necesidad de visibilizar la maternidad y poner en valor el trabajo que supone cuidar, sin que ello suponga renunciar a nuestro trabajo y a nuestra vida”.

En ambos casos, lo que se persigue es unir a las familias, las empresas, las instituciones y a todos los agentes sociales, para conseguir que la conciliación familiar sea una cuestión de Estado. En este itinerario, Laura Baena ha ido cosechando numerosos premios, el último como emprendedora social de Ashoka 2022.

Antonio Sánchez Kaiser: Compensar la baja visión de su hija

Bemyvega es una empresa que se desarrolla soluciones para la grabación, retransmisión y visualización en tiempo real de clases, charlas, conferencias o exposiciones para consumir, tanto en directo como en remoto, para que personas con visión reducida puedan seguir este tipo de contenidos sin problemas. Se trata de un sistema capaz de recoger toda la información y mandarla en tiempo real a cualquier dispositivo inteligente que tenga el alumno de baja visión.

Vega es el nombre de la hija de Antonio Sánchez Kaiser, profesor desde hace cerca de 20 años en la Universidad Politécnica de Cartagena. Vega nació con un problema de baja visión de condición genética. Como profesor, a Antonio Sánchez le preocupaba que su hija no pudiese seguir las explicaciones en el aula con el mismo aprovechamiento que cualquier otro alumno.

Fue entonces cuando él y su mujer, también ingeniera, se pusieron manos a la obra en busca de alguna solución que ayudarse a las personas con visión reducida a acceder a contenidos audiovisuales de todo tipo. Nace así Bemyvega con la que procuran el acceso universal al conocimiento para que todas las personas tengan las mismas oportunidades para formarse y adquirir los conocimientos necesarios para crecer siendo lo que quieran.

Ana Luengo. No existían empresas en su especialidad

“No estoy segura de que lo de montar el estudio fuese una elección personal. Yo monté la empresa por necesidad”, declara Ana Luengo Añón, cofundadora del estudio de arquitectura del paisaje, Citerea, junto a su socia, Coro Millares. Se da la circunstancia de que, tras acabar su formación en distintas universidades europeas, a su regreso a España, Luengo se encontró con la inexistencia de empresas a las que poder prestar sus servicios.

“No podía encontrar trabajo. En España ni siquiera está reconocida la actividad del arquitecto paisajista como disciplina. O me buscaba la vida por mi cuenta o me iba de nuevo a trabajar fuera. El otro inconveniente es que tampoco es un oficio que puedas desempeñar en solitario, hace falta un equipo de profesionales especializados en distintas áreas que te proporcionen una estructura mínima para sacar adelante los proyectos. No hay otra salida que contratar o asociarte con otros”.

Citerea se constituye como estudio en 1993 sobre la base de un equipo multidisciplinar de especialistas en estudios del paisaje, el medio ambiente, la ordenación del espacio y del diseño. Se dedican a ejecutar todo tipo de proyectos de jardinería, tanto de carácter público como privado, de nueva planta o proyectos de restauración. Llevan también a cabo una amplia labor cultural con la dirección de cursos y seminarios, publicaciones y exposiciones.

Actualmente, Ana Luengo concibe la empresa como el vehículo que le permite realizar trabajos que le gustan y que, igual de otra forma, no podría hacer.

Rafael Vidal: favorecer su propia movilidad

Rafael Vidal fue uno de los pocos supervivientes del accidente de Spanair acaecido en Barajas el 20 de agosto de 2008. No salió ileso. Se fracturó la columna y otras partes del cuerpo que le obligaron a pasar por quirófano hasta en 16 ocasiones. Con el paso del tiempo, una de las conclusiones extraídas por Vidal fue la carencia en el mercado de muletas cómodas y de poco peso que facilitasen la vida a aquellas personas que, cómo él, estaban en la necesidad de hacer uso de ellas, tanto de manera habitual como ocasional.

“Salí del hospital con muchas fracturas que finalmente sanaron, pero tenía una en la tibia que no se cerraba. No podía entender cómo alguien que tiene que cargar muletas por un tiempo o para el resto de su vida, tenía que soportar esta pesadilla. Después de varias semanas de reflexión, deduje que era importante tratar de mejorar los productos existentes en el mercado”, cuenta.

Con dicho propósito y con la ayuda de otros especialistas, como Aleksandar Lovica, asesor médico y miembro del consejo de administración, fundó Rafael Vidal Indesmed, una empresa radicada en la Comunidad de Madrid que cuenta ya con 12 patentes y marcas cuyos productos están presentes en más de 30 mercados.

En estos momentos, Indesmed es una tienda de ortopedia online especializada en tecnología médica donde, además de muletas hechas de fibra de carbono que pesan menos de 200 gramos, pueden adquirirse bastones, andadores ortopédicos, botas walker ortopédicas, medias de compresión e, incluso, gafas para presbicia.

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