Amazon ha tomado la decisión de imponer una tasa a los vendedores que envían productos por su cuenta.
Para ser más exactos, el gigante del comercio electrónico obligará a miles de vendedores de terceros que envían ellos mismos los productos a pagar una comisión del 2% por cada venta a partir de octubre, según documentos a los que ha tenido acceso Bloomberg.
Actualmente, cualquier comerciante que vende sus productos a través de Amazon, ya tiene que pagar una comisión de en torno a un 15% por vender sus productos en la tienda online.
Como era de esperar, ha sido un cambio que ha sorprendido a los comerciantes. Además, este movimiento de Amazon ha llamado mucho la atención, puesto que el Gobierno estadounidense está a punto de presentar una demanda antimonopolio contra el gigante del comercio electrónico.
Varios comerciantes entrevistados por Amazon han interpretado este movimiento como un intento de presión para que utilicen los servicios logísticos de Amazon en lugar de realizar ellos mismos los envíos.
Amazon ha explicado al medio americano que esta comisión ayudará a cubrir los costes de funcionamiento de una infraestructura independiente y a medir su eficacia, pero no ha dado explicación alguna a los vendedores de por qué exigía la tasa.
Amazon ha sido acusada de tener demasiado poder sobre los comerciantes que usan su plataforma, que capta alrededor del 37,6% de todo el gasto en línea en EEUU.
La FTC está muy cerca de abrir un caso antimonopolio contra Amazon, por lo que esta maniobra del gigante americano ha pillado a todo el mundo por sorpresa.
«Estamos aquí sentados esperando a que la FTC tome medidas contra Amazon por cuestiones antimonopolio, y esta tasa demuestra que Amazon no tiene ningún miedo«, explica Jason Boyce, cuya empresa Avenue7Media ayuda a unas 100 empresas a vender productos en línea.
En los últimos años, Amazon ha ido aumentando las comisiones a los comerciantes, que suelen pagar publicidad y logística para ayudarles a maximizar sus ventas.
Para ser claros, los servicios a vendedores generaron 32.000 millones de dólares en el segundo trimestre, un 18% más que en el mismo periodo del año anterior. El año pasado, por primera vez, las comisiones de los vendedores empezaron a absorber casi la mitad del coste de cada venta, algo que provocó que los comerciantes tuviesen beneficios.
Esta nueva tasa va dirigida principalmente a los comerciantes que usan Seller Fulfilled Prime, un servicio que les permite encargarse ellos mismos de la logística y obtener el sello de Amazon prime.
Además, estos comerciantes suelen vender artículos voluminosos como muebles que no encajan bien en los almacenes automatizados de Amazon.
Amazon lanzó este sello en 2015 con la intención de ampliar el inventario sin sobrecargar sus centros de cumplimiento. Cerró la inscripción al programa años más tarde alegando que los comerciantes estaban teniendo problemas para cumplir con los estándares de entrega.
En junio, Amazon anunció que volvía a abrir la inscripción para Seller Fulfilled Prime, para así tratar de apaciguar a los reguladores que investigan por cuestiones de antimonopolio, según personas familiarizadas con el asunto.
Un comerciante inscrito en este sello dijo que la tasa costará a su empresa 1 millón de dólares al año, lo que le obligará a subir sus precios. Lo más llamativo es que no reciben nada extra a cambio de pagar la tasa.
Otro comerciante asegura que la tasa del 2% acabará con hasta un tercio de sus ya escasos márgenes de beneficio y que Amazon ha avisado a los vendedores con pocas semanas de antelación, algo que dificulta ajustar el inventario.
«Estamos entusiasmados de ofrecer Seller Fulfilled Prime a los vendedores como una forma de manejar de forma independiente el cumplimiento de sus productos y, al mismo tiempo, poner esos productos a disposición de los clientes Prime con una entrega rápida y gratuita, un excelente servicio al cliente y devoluciones gratuitas», apunta Jonathon Hillson, portavoz de Amazon.
Estas tarifas para vendedores llevan en el punto de mira de los reguladores desde 2019, cuando un comerciante acusó a Amazon de usar su dominio electrónico para obligar a los vendedores a usar sus servicios logísticos.
La acusación, de la que desde entonces se han hecho eco múltiples vendedores, ha surgido como un foco del caso antimonopolio de la FTC contra Amazon, según personas familiarizadas con el asunto.