Cómo una mercería de barrio ha logrado el éxito y la viralidad con más de 1 millón de seguidores

Cada vez que se habla de éxito y viralidad siempre se pone de ejemplo a las grandes marcas o influencers que, tras años de pico y pala, ya gozan de un buen posicionamiento en el mercado.

La mayoría de los emprendedores ven estos ejemplos como inalcanzables, demasiado lejanos a su realidad.

Por eso, hoy he querido traerte un caso especial para romper creencias y limitaciones mentales. Un negocio local de toda la vida: La Crisálida.

En 1942, Josefa Castaño abrió esta pequeña mercería en el nº 120 de San Andrés, en La Coruña, con el único objetivo de que fuese el sustento futuro de sus hijos Carmen, Nieves y Fernando. Los hermanos poco a poco, con los ingresos del negocio, fueron acumulando propiedades inmobiliarias por toda la ciudad.

Aunque hubieran podido vivir de las rentas, no faltaron ni un solo día a trabajar. Pero Fernando, con 90 años y tras el fallecimiento de su última hermana viva, decidió traspasar la mercería.

Y es en 2018 cuando entra en escena Ramón Santos, dueño de un taller textil que impartía clases de costura. Una de sus alumnas le comentó que La Crisálida se iba a traspasar. Muerto de la curiosidad, decidió ir a ver el local. Un lugar sin luz, lleno de cajas y polvo.

En ese instante, se le iluminó la bombilla. Podía trasladar allí su taller, dar clases y convertirse en proveedor de sus alumnos con todo el material que había.

Estuvo negociando durante un año entero con Fernando, un anciano duro de roer. No tenía la financiación que le pedía el antiguo propietario. Pero meses después, por fin logro la venta con una única condición: que Fernando pudiera pasarse por su antiguo negocio cuando quisiera. Lo mejor es que le entregaba no solo el local, sino torres y torres de cajas de material guardadas en un piso aparte.

Ramón se puso en marcha en la renovación del negocio. Lanzó una web en plena pandemia, con gran éxito. Hay muchos amantes de la costura que aprecian los materiales de artesanía de producción española con más de 30 años, difíciles de encontrar en esta época.

Pero la explosión de La Crisálida viene cuando en 2023, Ramón decide abrir una cuenta en TikTok. Este es su primer vídeo.

Los pedidos se multiplicaron y recibía 600 mensajes diarios. Ese año, vendía 200 pares de calcetines por semana. Empezó a crear paquetes con materiales fetiches de costura que llamaba “Cápsulas del Tiempo” que causaron furor.

Hoy cuenta con un 1.686.000 mil seguidores entre TikTok e Instagram. Se ha convertido en todo un fenómeno viral gracias a sus grandes dotes de comunicación, a su apoyo a los negocios locales y a 3 elementos persuasivos poderosos:

  • La curiosidad.

Ramón invita al espectador a descubrir cajas viejas sin abrir, mantas llenas de botones que ha encontrado en algún rincón escondido… Abre sus vídeos con una frase que capta y retiene la atención al instante: “Acabo de encontrar esta caja y quiero abrirla con vosotros”. ¿Quién se va a resistir a esto?

  • La nostalgia.

La nostalgia es una emoción adictiva. Todos queremos descubrir qué se fabricaba antes, qué materiales se usaban… Amamos lo vintage. Hasta el punto de que, entre sus miles de seguidores, no solo hay aficionados a la costura, sino jóvenes que no pueden resistirse a conocer los secretos y entresijos de una mercería de 82 años. También usa una tendencia en redes que se llama contenido ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma): vídeos con sonidos suaves y susurros que provocan relajación en los usuarios.

  • Storytelling.

Ramón ha dado un paso más en sus contenidos. Ha creado el podcast “La Crisálida, un podcast con aguja e hilo” donde comparte las historias personales de dueños y profesionales dedicados a la mercería, costura y moda, aumentado la conexión emocional con su audiencia.

Cuando alguien se queje de que el éxito y las ventas solo están reservados a los grandes, muéstrale este caso. No es necesario grandes inversiones en publicidad, no es necesario contratar agencias millonarias ni contar con creativos top para tu contenido…para conectar con un nicho concreto, solo falta autenticidad y conocer las reglas del juego.

Susana Luque