A favor de Cuideo, juega la pirámide poblacional. Se estima que en 2050, España tendrá una de las poblaciones más envejecidas del mundo, con un 46,4% de ciudadanos mayores de 60 años. Aunque en menor grado, la tendencia es global, y esto también favorece a un negocio como el de Cuideo al que le llega la internacionalización sin necesidad de moverse casa.
Teniendo en cuenta que nuestro país se parece cada vez más a la Florida europea, el 10% de los usuarios actuales de Cuideo corresponde a ciudadanos de otras nacionalidades europeas que eligen la costa española para establecer su residencia una vez jubilados.
Al margen del timing y el contexto, otro de los factores que han permitido a Cuideo alzarse con el 2% de la cuota del mercado nacional en materia de cuidado y asistencia domiciliaria, es un servicio de excelencia que apoyan en una tecnología propia y una reputación corporativa envidiable.
En este sentido, cabe decir que el NPS (Net Promoter Score), una herramienta que se utiliza para medir el grado de satisfacción de los clientes con un producto o servicio, le da una puntuación de 9,3 sobre 10. Lo mismo con las miles de reseñas que tienen en Google, con 4,8 estrellas sobre 5.
Un salto cualitativo lo dio la compañía el año pasado con la adquisición e integración de Felizvita, otra marca de asistencia domiciliaria fundada por Guillermo Molina y Marta Cuesta. La operación permitió a Cuideo consolidarse en el área de prestación directa con cuidadores/as propios en plantilla bajo el modelo de Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD).
Esto es lo que les ha permitido pasar de una facturación de 3M€ en 2022, a los 14M€ con los que cerrarán este año. En cuanto a volumen de negocio, esto es, el dinero total que mueven en la compañía, los 14 millones se traducen en 80M€, equivalente a un 33% más que el año pasado.
Un gran equipo
Cuideo, que formó parte de nuestra quinta Lista Emprendedores, con las startups más innovadoras de 2020, nace en Barcelona en el año 2016 por una motivación personal de los hermanos Alejandro y Roberto Valdés junto con Adrián Luzón, parte de nuestra primera lista de Los 100 emprendedores más relevantes en el ecosistema de España. El propósito es mejorar la calidad de vida de las personas mayores y dependientes y alargar la estancia en sus domicilios con unos cuidados profesionales adaptados. De cara a los familiares, facilitan el proceso de selección y contratación de cuidadores profesionales asumiendo ellos la gestión.
En principio, la fórmula adoptada se basó en la colaboración con cuidadores/as dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Sin embargo, coincide esto con los tiempos en los que se empieza a hablar de la ‘Ley Rider’ y la lucha contra los falsos autónomos. Cuando se ven salpicados, se percatan de la inseguridad jurídica del modelo y pivotan al año de lanzamiento poniendo en nómina a todos los cuidadores. Este es el modelo que mantienen hoy con alrededor de 3.000 cuidadores contratados que dan servicio a unas 8.000 familias.
A los cuidadores, hay que sumar las 150 personas que Cuideo tiene repartidas en las oficinas de Madrid y Barcelona coordinando los servicios. Tienen también presencia física en las ciudades de Valencia, Zaragoza, Málaga, Sevilla, Bilbao, Vigo y Valladolid.
Una competencia turbia
Alcanzar este grado de penetración en un mercado como este no es sencillo. Además de ser un sector muy atomizado en el que operan alrededor de 3.000 empresas en España, compiten con un actor principal que representan las administraciones con la Ley de Dependencia. Las residencias no son un contrincante, porque su guerra es por alargar el tiempo de permanencia de las personas mayores en el hogar.
Sin embargo, entiende Roberto Valdés, consejero delegado, que el principal daño “no procede tanto de los actores establecidos, como de los que trabajan de manera irregular del que se nutren miles de usuarios en España que no dan de alta al cuidador. La situación propicia, a la vez, el intrusismo profesional, muy elevado en este sector”.
Calcula Valdés que, alrededor del 50% de este negocio, se mueve dentro de la economía sumergida. Entiende, no obstante, que para determinadas familias no sea viable la contratación de cuidadores profesionales abogando por una colaboración público-privada que procure incentivos a las familias que soportan un gasto de estas características.
A por el 10% de la cuota del mercado
La inversión recibida por Cuideo hasta hoy asciende a 8 millones de euros. La última ronda -el año pasado- fue por valor de 5M€ dando paso a la entrada en el capital, entre otros, de Atresmedia, Inderhabs y MundiVentures . Con esta cantidad se proponen consolidar su posición en España, aumentando la capilaridad territorial e invertir en la marca, equipo y procesos de negocio.
De hecho, comenta Valdés, el plan estratégico que barajan en la compañía de aquí a tres años es absorber el 10% de la cuota del mercado nacional que, traducido a términos de facturación y personal, equivale a una facturación de 70 millones de euros netos y una plantilla de 15.000 empleados.
La internacionalización, por ahora, la descartan. Después de hacer una prueba piloto en Francia se han dado cuenta de la intensidad de capital que necesitan para abrir mercados nuevos por lo que optan por dejar esto para más adelante.
El orgullo de Cuideo
Pero no es de la buena marcha del negocio de lo que se siente más satisfechos los impulsores de Cuideo, sino de la regularización laboral de miles de profesionales. Cierto que muchos de ellos son extranjeros -principalmente mujeres- pero a todos ellos les exigen tener los papeles en regla antes de contratarlos, además de tres años de experiencia probada en el sector.
El hecho de que todos estén en nómina y los rigurosos filtros que aplican en los procesos de selección redundan en beneficio de la seguridad de los usuarios. A lo largo de sus ocho años de existencia y los más de 170.000 servicios que han prestado a otras tantas familias españolas en su recorrido, Cuideo solo ha tenido que afrontar tres casos críticos por hurtos en el domicilio.
“Tanto la calidad como la seguridad son dos puntos que nos han obsesionado desde el primer día de manera que, cuando se nos ha dado un caso crítico, siempre nos hemos puesto del lado de las familias acompañándolas en el proceso judicial. Pensamos que es un gesto de solidaridad y de ética, pero también la mejor manera de velar por la reputación de la compañía”, concluye Valdés.