La historia de Fracttal, una startup especializada en el mantenimiento de activos, comenzó con incertidumbre y retos financieros. Christian Struve, su fundador, nació en Venezuela, creció en Chile y, tras años de experiencia en el sector, se mudó a España, donde la empresa está creciendo, conquistando el mercado europeo y ha levantado casi 10 millones de euros.
«Veía que el mundo está avanzando hacia aplicaciones cloud, hacia el SaaS… y me entró esa curiosidad de crear, de pasar de consumir a crear», explica Struve sobre los inicios, que se remontan a 2015.
En sus primeros años, Fracttal enfrentó desafíos complejos. «Empezamos en Chile, literalmente Alejandro Pérez y yo trabajando como ‘ratoncitos de laboratorio’ hasta tener un producto mínimo viable, pero también vendible«, recuerda el fundador.
En 2016, la empresa realizó su primera venta, y un año después, lograron un hito importante: facturar su primer millón de dólares. Esto atrajo la atención de fondos de inversión, que aportaron capital privado para potenciar su expansión en Latinoamérica. Entre sus primeras sedes fuera de Chile abrieron oficinas en México, Brasil y Colombia.
El salto a Europa
La verdadera internacionalización llegó en 2021 con la serie A de inversión, que los llevó a abrir una sede en España. Aquí, Fracttal se propuso conquistar el mercado europeo, aunque no fue una decisión fácil.
«Nos cuestionamos si era mejor expandirnos a Estados Unidos o a Europa. Estados Unidos es un mercado enorme, pero con competidores ya muy establecidos. Vimos en Europa una oportunidad, un campo abierto sin tanta competencia directa, y optamos por ese camino», explica Struve.
A día de hoy, Fracttal tiene una base de clientes unas 1.800 empresas en 35 países, con un crecimiento significativo en Europa. En España, han sumado grandes nombres a su cartera de clientes, como Burger King, Otis, el Hospital del Henares o Acciona, entre otros.
«Pasar de tener cero ingresos en España a que represente el 10% de nuestra facturación global en tan solo dos años ha sido un logro espectacular», reconoce el CEO.
Este crecimiento meteórico no estuvo exento de noches en vela y momentos críticos. Struve recuerda los inicios, cuando todavía dependían de sus ahorros y debían lidiar con dificultades económicas y administrativas.
«Un trabajador nos robó, debido a ello recibimos incluso una carta de embargo y llegamos a un punto donde parecía que todo se iba a desmoronar«, comenta.
En uno de los momentos más oscuros, relata cómo un correo salvador cambió el rumbo: «Estábamos esperando para comprar comida cuando recibí una orden de compra de un cliente importante con algo que nunca antes había ocurrido; había pagado todo un año por adelantado. Ese ingreso nos dio el oxígeno que necesitábamos para seguir adelante«.
Este pequeño milagro impulsó a Fracttal no solo a sobrevivir, sino a prosperar en un mercado complejo. Con una cultura corporativa orientada al trabajo híbrido y descentralizado, la empresa se ha adaptado bien a los cambios, contratando empleados en función de sus aptitudes interpersonales, además de sus habilidades técnicas.
«Para nosotros, la actitud y la cultura de los empleados son lo más importante», afirma Struve. «Se pueden adquirir habilidades, pero la actitud correcta es esencial para hacer equipo y avanzar«.
Fracttal ha logrado consolidarse en España, pero su camino no termina aquí. La empresa ya está evaluando una futura expansión a Estados Unidos, aunque Struve aclara que no será una tarea fácil y requerirá una preparación mucho mayor.
De aquella primera idea a una empresa con más de 180 empleados y millones de euros en financiación, Fracttal ha recorrido un largo camino. Aunque el trayecto no ha estado libre de obstáculos, Struve asegura que no cambiaría nada: «Mirando hacia atrás, pienso en lo cerca que estuvimos de no lograrlo… pero esos desafíos son los que nos han dado la fuerza para estar donde estamos hoy».