La imagen que proyectan las biografías de muchos emprendedores que han tenido éxito son en muchos casos espejo para las nuevas generaciones. En especial lo son por las ventajas que implica no tener jefes o conservar la capacidad para tomar decisiones.
La clave psicológica del emprendedor parece estar perdida entre toda la información que satura los medios de comunicación. Desde varias ópticas, ser emprendedor es lo nuevo, lo que se plantea como la llave del éxito, pero… ¿Cómo se logra? Además, en este contexto parece que hasta un asalariado necesita las habilidades de un emprendedor.
Las generaciones que han salido recientemente al mundo del trabajo y las que lo harán dentro de poco se miran en biografías como las de Steve Jobs o Bill Gates. Estos modelos son un ejemplo de que todo gran proyecto no tiene por qué contar al principio con grandes medios.
Por otro lado, en muchas ocasiones se simplifica su recorrido, reduciéndolo a una cuestión de voluntad o actitud, cuando en realidad hay otros factores, como la fortuna o el azar, que también han sido protagonistas en su éxito.
Emprendimiento: un cambio en el mundo del trabajo
Fenómenos como la globalización, el avance de la tecnología y la flexibilización laboral han producido cambios drásticos en la manera en que se presenta el trabajo.
Hasta hace no mucho, las personas solían realizar toda su trayectoria profesional en la misma empresa, incluso en un mismo puesto. El trabajo era mucho más industrial, menos cambiante. Hoy en día, el mundo laboral requiere que muchos puestos estén ocupados por “nómadas”.
El deseo de los jóvenes
Por otro lado, las nuevas generaciones tampoco aspiran a volver al pasado. Esta generación ha convivido con un abrupto avance tecnológico que permite otras formas de trabajo. Parece que el deseo de los nuevos jóvenes es el de ser sus propios jefes.
Los jóvenes se han criado con la idea de que son libres y aptos para crear o elegir los lugares en los que invertir esfuerzo e ilusión. Por otro lado, ha aumentado la conciencia de un hecho: pasamos en el trabajo una buena parte de nuestra vida y por lo tanto queremos que también es este lugar las condiciones sean buenas. En este sentido, muchos piensan, ¿por qué no emprender? ¿por qué no generar esas condiciones?
¿Qué es emprender?
En la actualidad, entendemos que emprender es principalmente iniciar un negocio propio. Lo común es que para lograrlo sea necesario: visualizar un nicho de mercado, crear las condiciones materiales justas para explotarlo, administrando con inteligencia los recursos con los que contamos. Así, emprender es tomar posesión de una idea, de un proyecto.
La clave psicológica del emprendedor
Como bien explica el título del artículo, de una forma metafórica, el emprendedor no es solo un idealista, sino también un ejecutor -alguien que es capaz de dar forma a sus ideas en la realidad-.
En este sentido, un emprendedor con éxito es aquel que es capaz de sacarle partido a sus ideas respetando las condiciones que imponen las circunstancias.
Entre las habilidades requeridas, se encuentra la capacidad para calcular riesgos y separar las innovaciones que pueden funcionar de aquellas que no. En este sentido, en el desarrollo de un emprendedor con éxito encontramos a una persona que sabe elegir qué batallas librar, posponer o descartar.
Las aptitudes del emprendedor
Un emprendedor, además de tener visión, debe tener conocimiento en diversas áreas para gestionar un proyecto. Una crítica muy frecuente al sistema educativo actual es que existen determinadas carreras que con muy pocas salidas o con contenidos muy alejados de lo que el mercado demanda.
En este sentido, las aptitudes técnicas que podríamos incluir dentro de clave psicológica del emprendedor para tener éxito serían:
- Desarrollo de proyectos.
- Manejo de grupos.
- Conocimientos económicos y financieros.
- Capacidad para vender una idea.
- Búsqueda de aliados.
- Trabajo en equipo.
Aptitudes emocionales de un emprendedor
En un mundo donde la oferta es amplia y las demandas no están sujetas a paciencia, el camino del emprendedor también se ha trasformado. Los emprendedores ya consolidados suelen advertirlo, es necesario afrontar las frustraciones y obstáculos, ya que el comienzo está plagado de ellas.
Por otro lado, a veces la curiosidad se manifiesta como una incomodidad; paradójicamente los primeras etapas de un proyecto puede ser especialmente incómodas. Para ello, los siguientes rasgos emocionales y personales suman a la clave psicológica del emprendedor:
- Superación de obstáculos.
- Tolerancia a la frustración.
- Inteligencia emocional.
- Apertura a la experiencia.
- Perseverancia.
- Trabajo.
- Manejo de riesgos.
La clave de la inteligencia emocional
A pesar de que es muy difícil establecer un perfil de emprendedor perfecto, la inteligencia emocional es de los rasgos más presentes. Esta característica data de la capacidad de adaptarse a cada situación, respondiendo de una forma fructífera a nivel emocional.
También es una cualidad fundamental para dirigir grupos, contactar a las personas indicadas y empatizar con quienes nos acompañan en el camino. En resumen, es una forma de interactuar eficazmente con el medio, siendo el del emprendedor, uno muy turbulento.
Trabajo: el sacrificio de hoy son los frutos de mañana
Emprender significa también tener la capacidad de sacrificar tiempo, relaciones y espacios. Un trabajo como empleado, permite cumplir con el horario y hacer otra vida por fuera.
Ser tu propio jefe requiere que cuando falte realizar cualquier tarea indispensable, seas tú el que la haga, no importa el día, la hora o el momento. Emprender requiere entonces de un 150% de quien lo esté llevando a cabo.
Emprender, una forma de salir adelante
En el emprendimiento, rara vez las recompensas son inmediatas; por lo tanto, es necesaria la paciencia para seguir construyendo o produciendo en la espera.
En este sentido, en la biografía de muchos emprendedores que han tenido éxito encontramos un factor común: en las primeras fases del proyecto tuvieron que invertir una gran cantidad de horas, manteniendo en muchos casos una fe un tanto ciega en su rendimiento.
No en vano, emprender es un mecanismo de ascenso social y una salida natural para aquellas personas que valoran sobre todo la autonomía. Finalmente, teniendo en cuenta lo expuesto, la clave psicológica del emprendedor se basa en estar dispuesto y comprometerse con una idea, a apostar por unas decisiones y ha invertir una serie de recursos en un horizonte un tanto incierto que en muchos casos sostienen, sobre todo, la fe y la ilusión.