EIT Food, la comunidad paneuropea de innovación alimentaria más grande y más dinámica del mundo, abre una nueva convocatoria del programa EWA (Empowering Women in Agrifood programme) cuyo objetivo principal es promover y apoyar el emprendimiento femenino en el sector agroalimentario. “Queremos aumentar la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad y reducir así la brecha de género que existe en este sector en particular”, explica Lara Rodríguez, responsable de EWA y project manager RIS en el Nodo Sur del consorcio EIT Food (CLC South).
Las mujeres con una idea de negocio o una empresa en el sector agroalimentario registrada hace menos de dos años y que no hayan recibido con anterioridad más de 30.000 euros de financiación pública o privada pueden presentar sus candidaturas a la cuarta edición del programa EWA hasta el 12 de junio. No importa su edad, tampoco su situación familiar ni su experiencia en el mundo de los negocios negocios; basta con tener una idea, comprometerse a participar en el programa y en sus eventos y querer revolucionar el sistema alimentario junto a EIT Food, organismo integrado en el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT).
El programa EWA se desarrolla al mismo tiempo en once países de Europa (España, Estonia, Grecia, Italia, Polonia, Portugal, Serbia, Eslovenia, Turquía, Rumania y Ucrania) en los que se seleccionará a un total de 110 mujeres. Al finalizar el programa, dos emprendedoras de cada país recibirán un premio: el primero de 10.000 euros y el segundo de 5.000 euros.
5 criterios para que seleccionen tu proyecto o idea
Para llevar a cabo la elección de las participantes, desde EIT Food trabajan codo con codo con organizaciones especializadas en emprendimiento y agroalimentación en cada uno de los países donde se implementa el programa. “Contamos con expertos en los ecosistemas locales que se encargan del proceso de selección junto con EIT Food, considerando los criterios que entendemos fundamentales”, explica la responsable de EWA, quien los expone a continuación:
1. Habilidades y motivación. En qué medida la solicitante está motivada y tiene el background y las capacidades para introducir su idea de negocio en el mercado agroalimentario.
2. Potencial para cumplir los objetivos del programa EWA y las misiones estratégicas de EIT Food, que se sitúan en torno a la salud, la sostenibilidad y la resiliencia de la cadena de suministro.
3. Madurez de la idea y etapa de desarrollo; es decir, en qué etapa se encuentra la idea de negocio, ya sea fases iniciales, tenga un prototipo o una startup registrada con menos de dos años de antigüedad.
4 . Potencial de mercado. Los seleccionadores evalúan en qué medida la idea o proyecto tiene características innovadoras y potencial en el mercado como un producto o servicio escalable.
5. Impacto del programa. También consideran si la mentoría, la formación, el networking y la financiación del programa EWA pueden marcar una diferencia y permitir el desarrollo adicional de la idea de negocio de la solicitante. “Al final se trata de que puedan aprovechar todo lo que ofrece esta oportunidad para su negocio en el futuro”, añade Lara Rodríguez.
Un impulso al talento femenino en el sector agro
“Existen múltiples razones por las que existe EWA —apunta su responsable en el Nodo Sur—. La primera y más evidente sería promover la igualdad de género, cumpliendo además con los objetivos de políticas clave de la Comisión Europea, donde se ha reconocido la importancia de fomentar la participación de las mujeres en la economía y el emprendimiento”.
Y es que, según explica Rodríguez, a pesar de los avances realizados, las mujeres todavía enfrentan desafíos y desventajas en el ámbito empresarial, especialmente en sectores como el agroalimentario. “EWA se alinea con esos objetivos y contribuye a los esfuerzos de la UE para reducir la brecha de género y promover la igualdad en el sector, empoderando a las mujeres para que se conviertan en líderes y emprendedoras exitosas en este campo”.
Otra razón importante que la experta destaca sobre la necesidad del programa EWA es impulsar la economía y la industria agroalimentaria. “Al fomentar la participación de más actores relevantes en el sector agroalimentario, se está fortaleciendo la economía en general. Las mujeres aportan perspectivas únicas, habilidades y talentos al negocio y la innovación, lo que puede impulsar la competitividad y el crecimiento del sector en Europa, donde además nos estamos quedando sin relevo generacional ni retención de talento en el entorno rural”.
6 meses de formación y tutorías personalizadas
Todos y cada uno de los motivos expuestos son razones más que suficientes para no perder de vista el programa EWA; también por el apoyo que proporcionan a las emprendedoras, pues tendrán la oportunidad de mejorar su desarrollo profesional durante seis meses (desde el próximo mes de julio hasta diciembre), gracias a una formación personalizada en temas empresariales y el acceso a recursos dirigidos a potenciar las habilidades necesarias para impulsar sus proyectos, independientemente de la fase de desarrollo de negocio en la que se encuentren.
Como en ediciones anteriores, las sesiones se realizarán online en el idioma local, cada 1-2 semanas, con una duración de 2-3 horas dependiendo del entrenamiento. Además, las participantes contarán con más de 20 horas de mentoring personalizado que proporcionan profesionales que entienden la importancia de esta labor de desarrollo y que cuentan con una trayectoria relevante en la industria agroalimentaria, incluido el conocimiento de las tendencias del mercado, la cadena de valor, las regulaciones y las tecnologías emergentes.
Asimismo, el programa EWA cuenta con mentores experimentados en gestión y estrategia empresarial, conocimientos comerciales, gestión financiera, operaciones, escalado y una comprensión profunda del mundo emprendedor. “Hablamos de emprendimiento, modelo de negocio, ventas, pitching, marketing, descubrimiento de clientes, etc”, enumera Lara Rodríguez.
Por último, señalar que entre los contenidos del programa destacan aquellos enfocados en el crecimiento personal y el cuidado de la salud mental de las emprendedoras.
También hay previstos dos eventos presenciales, uno en el mes de octubre y otro el último día de presentación en diciembre y para asumir los costes de los viajes, las participantes recibirán un estipendio de 1.000€.
La experiencia de tres mujeres en el programa EWA
Guiomar Sánchez, doctora en Biología y CEO de BioProcesia, participó en la edición del programa EWA, en 2022. De su experiencia destaca el apoyo de su mentora y el programa de formación, “organizado e impartido por mujeres de muy alto nivel y que lo hacen de manera altruista. EWA Nos ayudó a profesionalizar la empresa, a trazar objetivos, estrategia, a ser más eficientes en la comunicación”. Además, fue la ganadora del primer premio ese año en España. “Nos ofreció mucha visibilidad y nos ha ayudado costear parte del desarrollo de producto”, valora al respecto.
Su empresa nació con el propósito de contribuir a diseñar una cadena alimentaria más circular y justa. Lo llevan a cabo con una proteína natural obtenida mediante fermentación, sostenible, sin GMOs y producida siguiendo los más altos estándares de calidad. Hoy, el reto de poner su producto en el mercado está conseguido, pero recuerda las dificultades en sus comienzos y el impulso que entonces supuso participar en el programa EWA. “Los inicios, aunque cargados de ganas e ilusión, siempre son duros. Contar con este apoyo extra, con la experiencia de gente experta en esas cosas nuevas a las que tú te estás enfrentando por primera vez, no tiene precio y ayuda a avanzar más decidido y seguro”.
También en la edición de 2022 participó Sena Tarim, fundadora de Biopols, una tecnología de almacenamiento de alimentos de nueva generación con propiedades antibacterianas y antioxidantes que reduce las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y la vida útil de los alimentos. “Como yo venía del sector técnico, carecía de planificación financiera y durante el programa, ese fue mi enfoque principal. He preparado un plan financiero y proyecciones para planificar el flujo de efectivo y la sostenibilidad financiera de mi startup”, comenta.
“En el programa EWA, tuve la oportunidad de entender mis puntos de mejora como emprendedora y hacer crecer mi negocio de manera sostenible. Con mis mentores asignados, pasamos cuatro meses trabajando en estrategias financieras y de construcción de equipos, donde aprendí información valiosa que será beneficiosa para el resto de mi carrera“, añade la fundadora de Biopols.
Otro ejemplo de emprendedora que ha participado en el programa EWA, en su caso en 2020, es el de Débora Campos, fundadora y CEO de AgroGrIN Tech. La startup recicla los desperdicios y subproductos de frutas y verduras, produciendo ingredientes especiales naturales, sostenibles y con etiqueta limpia: harina sin gluten, aditivos naturales como colorantes y sabores, y extractos de enzimas y vitaminas, mediante la aplicación de una tecnología patentada. Estos ingredientes satisfacen las necesidades del mercado en las industrias de alimentos, nutracéuticos y cosméticos, enfocándose en productos sostenibles y en la promoción de la salud y el bienestar.
Tras su paso por el programa de EIT Food, estima que “el apoyo y la orientación proporcionados han sido inmejorables y las sesiones relacionadas con cómo presentar la idea y el trabajo en equipo también han sido muy valiosas, esenciales para apoyar el crecimiento de un proyecto y convertirlo en un negocio”.
Una comunidad que sigue cuando acaba el programa
El sector agroalimentario se enfrenta a diversos retos de entre los que Lara Rodríguez apunta como el más notable “todo lo relacionado con la sostenibilidad ambiental y el cambio climático, ya que la producción de alimentos tiene un impacto significativo en el medio ambiente. La sociedad cada vez es más consciente de ello”. Por ello, considera que es fundamental reducir la contribución de la agricultura a las emisiones de gases de efecto invernadero y explorar prácticas agrícolas resistentes al clima y que mitiguen los impactos ambientales”.
Otro de los desafíos que señala es la innovación y tecnología aplicada al sector. “La sociedad del siglo XXI demanda avances tecnológicos, como la agricultura de precisión, la biotecnología y la inteligencia artificial, para mejorar la eficiencia en la producción, reducir el desperdicio de alimentos y mejorar la trazabilidad en la cadena de suministro”. Además, dice que la digitalización y la conectividad son clave para impulsar la transparencia, el intercambio de conocimientos y la toma de decisiones basada en datos.
Por último, no olvida las desigualdades en el acceso a los recursos y oportunidades, especialmente para pequeñas agricultoras y agricultores. “Es fundamental promover la inclusión y la equidad en toda la cadena de valor, asegurando que todas las partes, desde la persona que produce hasta el consumidor o consumidora final, se beneficien de manera justa y sostenible”.
En este contexto, desaprovechar el talento femenino es perjudicar a la sociedad. “Está comprobado que el talento femenino destaca en la capacidad de innovación y enfoque en la sostenibilidad, por lo que las mujeres pueden impulsar soluciones sostenibles en el sector agroalimentario. Pueden fomentar prácticas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente, la adopción de tecnologías limpias y la promoción de la agricultura regenerativa”, señala Rodríguez. Además, en cuanto a formas de trabajo, la experta señala que las mujeres poseen unos rasgos específicos a la hora de trabajar que las hace particularmente adecuadas para enfrentar los retos citados. “Generalizando (que nunca es bueno) las mujeres suelen tener una fuerte capacidad para establecer redes de apoyo y colaboración. También, se caracterizan por una gestión inclusiva. Así, pueden impulsar prácticas de gestión más participativas y equitativas”.
En este sentido, Débora Campos, opina que otro de los puntos fuertes del programa EWA es la red de networking que se establece. “Los contactos creados siguen activos hasta el día de hoy y me han permitido crecer y obtener tracción en el mercado”, asegura. Por eso, anima a otras mujeres a presentar su candidatura a la edición de este año que permanecerá abierta hasta el 12 de junio: “El networking con otras mujeres emprendedoras nos anima a ir más lejos. Hay muchas ideas en el sector agroalimentario y a veces solo necesitamos un impulso, algunos consejos y aprender cómo movernos dentro del ecosistema para dar el siguiente paso. Este programa es excelente para eso”.
Por su parte, Sena Tarim también alienta a las emprendedoras del sector a presentar su proyecto al programa EWA: “Hace posible que las mujeres emprendedoras formen parte de una gran comunidad. Tienes la oportunidad de conocer a otras emprendedoras de tu región y colaborar con ellas. Si estás teniendo algún tipo de dificultad con tu startup, el programa EWA puede brindarte el apoyo personalizado que necesitas”.
Guiomar Sánchez coincide con ambas y apunta algo más acerca del programa EWA: “Es muy diferente de otros en cuanto a la comunidad que se genera, que va más allá de lo profesional. Es un lugar seguro donde compartir y aprender unas de otras”.