A Rosario Santa María la despidieron seis veces de distintos trabajos en apenas cuatro años. La primera vez, “seguramente la más traumática”, reconoció esta emprendedora a AyE, en marzo de 2013: todavía se sentía periodista y madre de dos hijos muy pequeños; la última, ya no sabía quién era. “Había pasado tanto tiempo intentando recomponerme, que ni siquiera se atrevía a reconocer lo que estaba viviendo”.
Ahora ha decidido hablar sin eufemismos de esa etapa y convertir esa experiencia repetida en una iniciativa que pretende ser útil para otros. Su proyecto, la plataforma eldespido.com, se ha lanzado esta pasada primavera con una propuesta insólita en el ámbito del empleo: acompañar, legal y anímicamente, a las personas cuando pierden su puesto de trabajo y ofrecer a las micropymes y pequeñas empresas la posibilidad de comunicar esa ruptura con respeto, sin dejar a nadie sólo en un momento especialmente delicado.
La iniciativa, en la que participan otras seis mujeres mayores de 40 años y con amplia experiencia profesional en distintas áreas, ofrece servicios a particulares y también a negocios que tengan que prescindir de parte de su plantilla. El objetivo es que ese proceso se gestione bien. Que no se convierta en una herida abierta ni para la persona que se va ni para los que se quedan.
Un curso para emprendedoras la ayudó a reenfocar su trayectoria y ayudar a otros
Rosario vivió durante años con una culpa que no era suya. Había trabajado cinco años en una emisora de radio de ámbito nacional y más de siete en una conocida revista femenina, pero cuando la crisis le cerró las puertas del periodismo, su carrera profesional se vino abajo.
La urgencia económica llevó a esta autónoma en pluriactividad a reinventarse a marchas forzadas como consultora de comunicación, sin tiempo para procesar nada. Me afectó mucho más de lo que pensaba. Físicamente incluso. Pero con dos hijos y un alquiler nuevo, me metí de lleno en otra cosa. Lo hice sin estar bien. Y claro, eso se notó.
Después de cada ruptura laboral se sentía peor. Más insegura, más frustrada. “Yo creo que tuve una depresión sin diagnosticar”, reconoció. El punto de inflexión llegó cuando entró en un programa para mujeres emprendedoras en Barcelona. Allí aprendió a poner nombre a lo que le pasaba y descubrió que no estaba sola.
Aquel curso no solo le permitió recuperar confianza. También la ayudó a reenfocar su trayectoria y decidir que su camino pasaba por ayudar a otros. Primero como mentora, acompañando a personas que pasaban por una situación parecida a la suya. Después, con una idea más ambiciosa que terminó cristalizando en eldespido.com. El nombre de la plataforma lo tenía desde el principio. “No me lo podía creer cuando vi que el dominio estaba libre. Pensé: esto es una señal”.
El enfoque emocional del proyecto parte de una convicción personal
Lo que sucede en el mundo laboral no se resuelve sólo con abogados, ni con papeles bien firmados. “Claro que hay que cumplir con la ley, pero también hay que cuidar a las personas. Y eso muchas veces se olvida. En los pequeños negocios, además, nadie es un número. Son personas cercanas, a veces incluso familia, y por eso duele más”.
Por eso, la plataforma incluye grupos de apoyo, sesiones de orientación profesional exprés para quienes necesitan volver al mercado lo antes posible, talleres con familiares de personas en paro de larga duración y también formación dirigida a empresas. La propuesta va más allá de la recolocación. Incluye la posibilidad de formar a quienes deben comunicar esas rupturas, o incluso que el propio equipo de eldespido.com lo haga en nombre de la empresa si así se solicita.
Santa María sabe que no siempre se trata de una mala intención. A veces, simplemente, falta preparación. Tú puedes ser muy buen gerente, pero nadie te ha enseñado a gestionar esto. De pronto te toca comunicar una salida y no sabes por dónde empezar. No tienes herramientas. Nosotros no juzgamos, estamos para ayudar.
Los primeros interesados en sus servicios han sido, precisamente, hombres
Directivos que han vivido la pérdida de empleo en primera persona y que reconocen haber cometido errores cuando les tocó prescindir de alguien. Uno de ellos, un profesional de 61 años, escribió emocionado tras conocer la iniciativa. “He estado a ambos lados. Como el que toma la decisión y como el que la recibe. Vuestro enfoque me ha tocado la fibra”.
Rosario conserva ese mensaje como uno de los primeros impulsos que ha recibido desde que lanzó la web. “No lo hice pensando en ganar dinero. Lo hice porque sentí que tenía que hacerlo. Luego, ojalá sea sostenible, claro. Pero esa no fue la motivación inicial”.
Las colaboradoras que se han sumado al proyecto comparten esa filosofía. Hay psicólogas especializadas en duelo, abogadas, trabajadoras sociales y expertas en nutrición y bienestar. Algunas han vivido procesos de desvinculación laboral dolorosos. Todas tienen en común que creen en el acompañamiento como forma de reconstrucción.
Además de trabajar con personas que han salido de sus empleos, el proyecto ofrece también sesiones para quienes permanecen en plantilla después de una reestructuración. “No siempre se habla de ellos, pero también lo pasan mal. Pueden sentirse culpables o desorientados. Atenderles es una forma de cuidar el clima interno y prevenir más bajas”.
La emprendedora ha financiado los inicios con pequeñas inversiones propias y ayudas cercanas
Por el momento, la web apenas lleva un par de meses activa. Rosario ha financiado los primeros pasos con pequeñas inversiones propias y la ayuda de personas cercanas. Una diseñadora, un informático con sensibilidad social, una periodista amiga que le ayudó a redactar la nota de prensa. También ha solicitado algún premio para emprendedoras y ha solicitado una subvención del Ayuntamiento de Barcelona. “Pero muchas ayudas llegan tarde. Y la mayoría exigen años de actividad y facturación. Cuando ya no las necesitas tanto”.
Dice que todo lo que ha hecho en su carrera cobra ahora un nuevo sentido. La experiencia como periodista, los años en comunicación corporativa, la formación como coach. Incluso el grupo de WhatsApp que creó con dos compañeras tras su primera ruptura laboral. “Ese grupo me salvó. Nos hablábamos todo el rato. ¿Cómo estás? ¿Dónde estás buscando trabajo? Fue como una red”.
Ahora quiere replicar ese apoyo con los grupos de “duelo laboral”, una de las iniciativas estrella de la plataforma. Cree que compartir el proceso con otras personas ayuda a ponerle nombre a lo que se siente. Y también a encontrar un nuevo rumbo. “Hay gente que se conoce allí y acaba emprendiendo junta. Porque se entienden, porque se complementan”.
Según esta experta, el despido sigue siendo aún un tema tabú
Una de las cosas que más le ha sorprendido es que muchos todavía no se atreven a hablar de ello. “Me lo dicen en privado. Que lo que hacemos es necesario. Pero en público, pocos lo cuentan. El despido sigue siendo un tema tabú”.
Rosario se empeña en cambiar esa mirada. Cree que normalizar este tipo de procesos es una forma de cuidarse y de cuidar a otros. Y recuerda que los negocios que mejor los gestionan, al final, también ganan en reputación. “Cada vez hay más conciencia social. Hoy un mal final se puede contar en TikTok o en Glassdoor. Ya no vale aquello de que te vas y aquí no ha pasado nada”.
Afirma que cuando alguien pierde su empleo, no necesita frases hechas ni consejos vacíos. Necesita comprensión, tiempo, una red de apoyo. Y si puede ser, alguien que le recuerde que no ha fallado. Que simplemente es un ciclo que se ha cerrado. En su caso, ese cierre le ha abierto una puerta inesperada. Una que llevaba tiempo vislumbrando y que por fin se ha atrevido a cruzar.













