Encontramos en el mercado cadenas que desarrollan varios formatos de franquicia (diferentes en cuanto a inversión, emplazamiento, tipo de franquiciado al que se dirigen…), con lo que amplifican sus posibilidades de expansión a todos los niveles.
Iniciamos el recorrido con Midas, que a finales del 2020 lanzó un nuevo plan de expansión con el que busca “alcanzar los 240 centros en el 2023”, explica su director de Expansión, Vicente Pascual. Este plan se asienta en tres modelos de franquicia: conversión de talleres de coches o moto, aperturas de nuevos talleres y talleres autorizados. “El formato de conversión se dirige a negocios en activo que quieren dar un salto de calidad, mejorar su rentabilidad y diferenciarse de la competencia, lo que supondrá un crecimiento de hasta el 25% en ventas, gracias a los nuevos clientes que aportamos, así como los acuerdos de flotas y colaboraciones, a lo que se añade una mejora en el margen comercial fruto de las condiciones de logística y compra de la enseña”. La conversión del taller de motos pone el foco en el mismo público objetivo que el anterior, pero centrado en las dos ruedas y en el autoempleo, aclara Pascual. “La apertura de nuevos talleres, nuestro modelo tradicional de expansión, se focaliza en poblaciones y candidatos donde estimamos interesante y rentable poner en marcha un centro”.
Si nos fijamos en la fórmula de licencia, está pensada para negocios en poblaciones de menor tamaño que quieran incorporarse, con un coste muy ajustado, a la red. “Aquí no es necesario que modifiquen su fachada, ya que nos encargamos de aportar una placa de Taller Autorizado Midas. Y a pesar de no ofrecer todas las ventajas del concepto tradicional, sí proporcionamos su inclusión con geolocalización en nuestra web, así como acceso a la central de compras y al sistema informático e-midas.net, entre otros elementos”.
En la cadena de restauración Ramen Kagura, el azar jugó su papel, como relata Isaku Takahata, responsable de Franquicias. “En un principio la idea era estar sólo a pie de calle, en puntos céntricos de la capital [Madrid], pero surgió la posibilidad de una isla en el centro comercial Xanadú y nos pareció una oportunidad interesante para dar visibilidad a la marca y atraer a otro tipo de clientes, ya que con anterioridad habíamos tenido un puesto en el Mercado de San Antón”.
En Ambiseint, el objetivo es claro. La enseña especializada en marketing olfativo, ambientación profesional e higiene ambiental ha desarrollado tres modelos diferentes para favorecer la entrada de nuevos franquiciados a la red. A partir de aquí, contemplan la Opción Charter (pensada para perímetros comerciales reducidos y parte de una inversión de 24.900 euros), la Opción Jet (el territorio en el que se trabaja es mayor y el desembolso es de 35.900 euros) y la Opción Business (concebido para un perfil principalmente inversor, interesado en operar en zonas de primer nivel como capitales de provincias o emplazamientos con un alto volumen empresarial, con una inversión de 49.500 euros).
SIEMPRE ATENTOS AL MERCADO
De la experiencia de Melom Obras y Reformas se desprende la importancia de ‘leer’ el mercado antes de lanzarse a la piscina. La cadena ha desarrollado dos líneas (Obras y Reformas, Instalaciones y Reparaciones), “porque el mercado así lo requiere, tanto desde la perspectiva del cliente final como del de los profesionales”, explica Miguel Bermejillo, CEO de Melom España. “Existen pequeñas firmas con capacidad para ejecutar una reforma completa, pero también hay especialistas que ofrecen sus servicios de pintura, fontanería, electricidad… A partir de aquí, el objetivo es crear una comunidad donde las empresas de reformas puedan contactar y colaborar con esos profesionales especializados, una relación que genera muchas sinergias”.
En la inmobiliaria Realtyplus, por su parte, buscan adaptarse a las diferentes necesidades de los emprendedores. “No todo el mundo parte del mismo punto ni quiere llegar a la misma meta”, reflexiona su director general, Alberto Murcia, quien detalla los tres modelos que contemplan. “Quartz es el completo, sin limitaciones de equipo, ni zona, ni tipo de oficina… Hay franquiciados con experiencia, vocación y el capital para acceder a este concepto desde el inicio, pero otros no pueden o no quieren meterse de lleno en este modelo, ya que representa muchos más costes adicionales al propio de la franquicia, como el local, el mobiliario o el personal. Para ellos, creamos dos modelos: Iron está pensado para el autoempleo, sin oficina abierta al público, mientras que Silver es un ‘puente’ entre ser empleado y convertirse en franquiciado del modelo Iron [esta última opción es temporal, de modo que el emprendedor tiene seis meses para dar el paso]”
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VARIOS MODELOS, ¿IDÉNTICA GESTIÓN?
Uno de los grandes interrogantes aquí es si la gestión del franquiciado, desde la central, varía según se acoja a una línea de negocio u otra. “Sí y no”, responde Murcia. “Los servicios que ponemos a su disposición valen para cualquier modelo, de forma que todos acceden a nuestros equipos de soporte, tecnología, cartera de inmuebles y de clientes, club de compras… Ahora bien, el uso que hacen de ellos y el soporte y tutelaje inicial cambia”. ¿Y cómo se lleva esto a la práctica? “El franquiciado que opta por el autoempleo suele ser una persona que, por diversos motivos, se ve en la necesidad de emprender, a veces tiene experiencia inmobiliaria, pero otras no. Nuestro trabajo aquí es enseñarle la tarea de agente, a ser empresario, apoyarle en el área inmobiliaria. Los asociados con oficina, mientras, nos demandan más servicios relacionados con el negocio inmobiliario complejo, carteras de inmuebles o formación empresarial”.
En Midas, la gestión está diferenciada de un modo claro. “Algunos modelos requieren de más seguimiento por parte de la central mientras que otros son más autónomos, donde damos menos soporte, pero también exigimos menos a la otra parte”, explica Pascual.
En Ramen Kagura, por su parte, este aspecto varía mínimamente, “ya que la principal diferencia entre uno y otro formato hace referencia a la parte logística y formativa del personal”, explica Takahata. “El kiosco, por dimensiones y capacidad, tiene una oferta más concreta y específica. Esto se traduce en una logística más controlada, ya que, aunque haya menos productos, la capacidad de almacenaje también se ve mermada, siendo clave una gestión del inventario precisa. En cuanto al personal y a su formación, también varía algo respecto al local a pie de calle, al necesitar menos empleados. En Xanadú, por ejemplo, no hay servicio en mesa. Esto nos permite ahorrar en personal, pero el que trabaja ahí debe estar cualificados y formado para atender bien las comandas en barra, incluyendo servicio de bebidas, cobros o despachar platos».
FLEXIBILIDAD COTIDIANA EN CADENA
Ésta es la hoja de ruta de la cadena de heladería y creperías artesanales Martonela, que busca, con esta estrategia, ser más flexible y competitiva. “Así podemos ofrecer nuestro concepto a un mayor número de potenciales inversores y, en paralelo, resolvemos la problemática de las ubicaciones, pudiendo adaptar nuestro modelo a cualquier emplazamiento”, señala Rebeca Martínez Rico, socia fundadora de una enseña que contempla dos modelos: Martonela local comercial (establecimientos desde 45 metros cuadrados con espacio interior y exterior –siempre que sea posible– para crear diferentes ambientes) y Martonela quiosco (ideal para centros comerciales, se trata de un concepto diseñado para inversiones iniciales más bajas, con una dimensión de 9 metros cuadrados donde aunan todos los productos y maquinaria de un establecimiento Martonela en un espacio más reducido).
CADA UBICACIÓN Y CADA MOMENTO ES UN MUNDO
Eroski Rapid es el modelo de conveniencia de Eroski, un concepto en franquicia adaptado a diversas ubicaciones y que responde a las necesidades de los clientes y de cada emplazamiento. A partir de aquí, el grupo ha diseñado el formato de franquicias Eroski Rapid (en entornos urbanos, playa, universidades, gasolineras) que se suma a la enseña Eroski City, que también desarrolla el grupo.
“Todos estos supermercados comparten un paso de clientes muy alto y el hecho de que esos usuarios pueden satisfacer diferentes necesidades, desde la pura conveniencia de tomarse un café, un desayuno o comprar la cena, hasta realizar una compra algo más completa desde la proximidad y la garantía del súper Eroski”, explican desde una franquicia que aclara que, al diseñar diferentes formatos de franquicia, hay que valorar la experiencia de compra que corresponde a cada ubicación y momento. “En este sentido, Eroski Rapid facilita una compra rápida, de conveniencia, pero las necesidades no son las mismas cuando paramos a echar gasolina y queremos hacer la compra del día que todas aquellas necesidades que podamos tener de alimentación y no alimentación. La situación también cambia cuando estamos de vacaciones y queremos un supermercado que nos facilite la vida en ese periodo de descanso, además de permitirnos completar la cesta necesaria, todo ello con marcas de calidad y a buen precio”.
Especializada en la fabricación y venta de yogur helado, Smöoy contempla hasta cuatro formatos de negocio, adaptados para otros tantos tipos de inversor: smöoy Yogur (el concepto más conocido y consolidado, donde el cliente puede encontrar todos los productos de la marca en un modelo de local amplio); smöoy Cream (concepto de heladería experiencial, donde se combinan el concepto de Frozen Yogur con el helado tradicional que la familia fundadora de la marca lleva desarrollando desde hace más de cuatro generaciones); smöoy R (tanto el smöoy Rubik como el smöoy Road), con los que la compañía ofrece la oportunidad de implantar puntos de venta flexibles y con una oferta basada en los productos estrella de la marca