Estás siguiendo un guion que no escribiste (y es hora de cambiarlo).

Qué historia te estás contando sobre tu vida?

Digo esa historia que repites en tu cabeza cada día, esa narrativa interna que escuchas cuando todo se pone difícil.

¿Alguna vez te has detenido a pensar de dónde viene?

Te lo digo porque esa historia no nació contigo.

Esa historia es fruto de un proceso llamado condicionamiento.

Desde que eras niño. Desde el momento en que empezaste a entender el mundo, tu entorno comenzó a condicionarte.

Te dijeron cómo deberías ser, qué podías o no hacer, qué tipo de persona eras.

Y tú, sin darte cuenta, fuiste absorbiendo esas ideas como si fueran la verdad absoluta.

Ese condicionamiento se convirtió en el guion que sigues ahora.

Uno que define tus acciones, tus decisiones y lo que consideras posible en tu vida y en tu negocio.

¿Te has preguntado alguna vez por qué no has dado ese paso que tanto deseas en el negocio?

¿Por qué, cada vez que piensas en subir precios, algo en tu cabeza te dice que no lo hagas?

¿Por qué, cuándo estás a punto lanzar ese programa, te paralizas y lo dejas en el cajón?

¿Por qué, cuando ves a otros emprendedores ahí afuera logrando grandes cosas, sientes que eso está fuera de tu alcance?

Mira, no eres tú quien decide estas cosas.

Es el condicionamiento que llevas arrastrando durante años.

Ese condicionamiento se ha vuelto un sistema de creencias limitantes que te tiene atrapado.

Un sistema que opera en el piloto automático, guiando cada paso que das.

Y lo más jodido de todo es que la mayoría de las veces no eres consciente de ello.

¿Por qué es tan importante cambiar esa historia interna?

Porque hasta que no cambies ese guion, seguirás viviendo la misma vida.

Te mantendrás pequeño, pobre y escondido.

Pero cuando cambias la historia, las posibilidades se abren de manera exponencial.

Empezarás a atraer clientes que valoran tu trabajo, porque te sentirás lo suficientemente seguro como para comunicar tu valor sin pedir disculpas.

Verás cómo tus ingresos comienzan a crecer porque ya no temerás subir precios.

Lograrás finalmente lanzar ese proyecto que llevas años postergando y recibirás el reconocimiento que siempre has querido.

La historia que te cuentas a ti mismo moldea lo que crees posible.

Porque te conviertes en lo que piensas el 99% del tiempo.

Y si estás condicionado a creer que no puedes, entonces no podrás.

Punto.

Lo bueno del asunto es que tú mismo puedes reescribir esa historia.

Sí, puedes dejar de ser un secundario en tu propia vida y convertirte en el protagonista.

Y para eso, necesitas empezar a trabajar sobre ese condicionamiento.

Voy a darte 7 pasos para reprogramarte y comenzar a escribir un guion diferente.

Identifica el condicionamiento que te está saboteando

Primero de todo, debes ser consciente de las cadenas invisibles que te atan.

¿Qué te dijeron de pequeño sobre el dinero? ¿Que es difícil de conseguir? ¿Que la gente exitosa es egoísta o que el éxito no está hecho para personas como tú?

¿Qué te decían sobre ti mismo? ¿Que eras torpe, que no eras lo suficientemente listo, que no tenías lo necesario para destacar?

Esas cosas se quedaron contigo. Ese es el condicionamiento que arrastras hasta hoy, y la razón por la cual, cada vez que intentas tomar una decisión audaz, algo te frena.

Haz una lista de las frases que escuchabas. Sé honesto. No importa lo incómodo que sea, tienes que traer esa mierda al frente. Porque si no la ves, no puedes eliminarla.

Cuestiona ese guion que no es tuyo

Una vez que has identificado esos mensajes, es hora de cuestionarlos.

Pregúntate: ¿Es eso cierto?

¿Es cierto que el éxito no es para ti? ¿Es cierto que no eres suficientemente bueno?

Aquí te voy a ser claro:

Esos pensamientos, como todo en la vida, no son hechos, son opiniones. Opiniones que otros depositaron en ti y que tú, sin cuestionarlas, aceptaste como la verdad.

Cuestionarlos implica buscar pruebas. ¿Realmente no puedes? ¿Nunca has tenido éxito en algo? Por pequeño que sea, busca esos momentos en los que fuiste capaz, en los que lograste algo que te propusiste.

Cuando comienzas a desafiar esas creencias, empiezas a debilitar su poder sobre ti.

Crea un nuevo guion

Tu mente necesita un nuevo guion.

Cuando identifiques una creencia limitante, debes reemplazarla conscientemente por una nueva narrativa.

Por ejemplo:

En lugar de “No soy lo suficientemente bueno”, empieza a decir “Estoy aprendiendo y mejorando cada día”.

En lugar de “El éxito es para otros, no para mí”, di “El éxito es una consecuencia del esfuerzo y yo estoy trabajando para ello”.

Porque, ojo, que los comunistas piensen que la meritocracia no existe no significa que tengan razón. Afortunadamente, en esta lista solo hay gente inteligente.

Este no es un ejercicio banal. La neurociencia nos ha encerado que, a través de la autosugestión, podemos reprogramar nuestro cerebro.

Cuando repites una nueva creencia una y otra vez, esta empieza a integrarse como parte de tu realidad. Por eso te decía que te conviertes en lo que piensas el 99% del tiempo.

Eso sí, no te digo que ignores los problemas. Lo que quiero es que te hables de una forma que te potencie, no que te limite.

Visualiza el futuro que quieres

El condicionamiento siempre te empuja hacia el miedo, hacia lo que puede salir mal.

Visualizar, por otro lado, es una forma de entrenar a tu cerebro para que vea lo que es posible.

Y no, no me refiero a un ejercicio de fantasía, a cerrar los ojos muy fuerte y ya.

Me refiero a pensar activamente en ese próximo gran paso que quieres dar en tu negocio.

Imagina cada detalle: cómo te sientes, cómo actúas, qué resultados obtienes.

Visualízate como el protagonista que lidera, que cierra grandes clientes, que lanza infoproductos exitosos, que cobra lo que merece.

Cuanto más puedas ver ese futuro en tu mente, más real se convertirá.

Toma acción masiva

Todo lo que has leído hasta ahora es solo preparación: nada de esto tiene sentido si no actúas.

Si quieres que la nueva historia se convierta en tu realidad, tienes que demostrarle a tu mente que puede confiar en ti. Y eso solo se logra con acción.

¿Que te da miedo subir los precios? Hazlo, y verás cómo empiezan a llegar clientes que están dispuestos a pagar lo que vales, aquellos que valoran la calidad de tu trabajo.

¿Que dudas si lanzar ese nuevo programa? Lánzalo, y empieza a ver cómo la respuesta del mercado cambia cuando actúas con convicción y confianza.

La única forma de demostrarte que eres capaz es haciéndolo.

Y cada pequeña victoria, por mínima que parezca, empieza a reescribir el guion que llevas años siguiendo.

Esas acciones son las que marcan la diferencia entre tener un negocio que apenas sobrevive y un negocio próspero que te da la libertad que siempre soñaste.

Rodéate de un entorno que ya ha reescrito su guion

No cambiarás si sigues rodeado de gente que se sigue contando la misma mierda de siempre.

Si tu entorno sigue pensando que el éxito es para unos pocos, que los riesgos no valen la pena, que es mejor quedarse donde uno está seguro, entonces terminarás creyendo lo mismo.

No digo que los elimines de tu vida, lo o que digo es que busques un entorno de crecimiento.

Personas ambiciosas, que se desafían, que no temen al fracaso, que se atreven a ir más allá.

Gente que actúa y no se queda esperando a que otro le solucione la papeleta, ya sea el estado paternalista que te quiere débil o un entorno al que le aterra que te vaya mejor que a él.

Porque un buen entorno, te condicionará de una manera positiva, empujándote a ser la mejor versión de ti mismo.

Adopta el inconformismo como forma de vida

El problema del condicionamiento es que te hace sentir cómodo en tu mediocridad.

Te dice que «tampoco estoy tan mal», que «mejor no intentarlo, que es muy difícil».

Por eso necesitas practicar el inconformismo. Desafiarte diariamente, buscar siempre mejorar algo, aunque sea pequeño.

Cada día, pregúntate: «¿Qué puedo hacer hoy para salir de mi zona de confort?»

Puede ser algo sencillo, como hablar con alguien nuevo, o algo más grande, como lanzar ese proyecto que llevas meses postergando.

Que lo sé.

Este tipo de prácticas rompen el patrón del conformismo, te sacan del guion que otros escribieron para ti y te permiten empezar a escribir tu propia historia.

Entonces, ¿cómo empiezas a cambiar esa historia de una vez por todas?

Mira, cambiar esa narrativa que has repetido durante toda tu vida no es fácil. No es cuestión de magia ni de esperar a que las estrellas se alineen. Es trabajo real.

Imagínate que tu vida es un tren en marcha. Lleva años recorriendo el mismo camino, y cada vez que pasa, las vías se hunden más en la misma dirección. Es el camino del conformismo, de la mediocridad, de la limitación.

Tú no elegiste esas vías. Alguien puso ese tren en marcha para ti: tus padres, la escuela, la sociedad, todos esos «sabios» que te dijeron cómo tenías que vivir y lo que podías o no hacer.

Pero nunca te olvides de que ú sigues siendo el maquinista de ese tren.

Cada día tienes la oportunidad de cambiar las vías, de forjar un nuevo recorrido. Y cambiar esas vías no es un acto heroico de una sola vez. No es cuestión de levantarse un día y gritar «¡Soy el mejor!», frente al espejo.

Es cuestión de, cada día, elegir girar el volante hacia un nuevo destino. Un destino donde decides tu precio sin miedo, donde cierras tratos sin disculpas, dónde no tienes que pedir permiso para ser el puto referente en tu sector.

Y con cada pequeño ajuste, cada nueva acción, cada paso, empezarás a notar cómo el tren comienza a cambiar de rumbo.  Y cuanto más tiempo mantengas esa dirección, más fácil será.

Hasta que un día, el viejo camino se haya perdido, y tú estés 100% en la vía que tú elegiste.

La pregunta es, ¿quieres seguir recorriendo las mismas vías oxidadas y desgastadas, o quieres cambiar de rumbo de una vez por todas?

Pasa un glorioso domingo,

Jordi Garcia Codina

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