Cada año, miles de proyectos publicitarios acaban en el olvido, después de meses de duro trabajo y del proceso de presentación. Esto fue lo que inspiró al director Eno Freedman Brodmann, que ha trabajado con productoras como Prettybird y Smuggler, a escribir y dirigir «The Pitch».
Se trata de un cortometraje satírico que pretende reírse de las estrategias de lanzamiento de productos y de la agonía de los proyectos que mueren antes incluso de ver la luz.
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La pieza audiovisual, de ocho minutos de duración, comienza como una llamada entre un director, un productor y un creativo. Los tres discuten cómo enfocar un anuncio para promocionar unos altavoces recubiertos de panko, como si fueran nuggets de pollo. De primeras, al director se le trata básicamente como si fuera basura e intenta seguir el ritmo mientras habla el creativo.
Aunque al principio puede parecer más «normal», conforme avanza pone de manifiesto tópicos y tendencias del sector de una forma exagerada. Por ejemplo, vemos un intento de promover la diversidad cuando se sugiere que la actriz se transforme en diferentes personajes y que cada uno de estos represente a todas las razas y géneros.
Justo cuando la historia se vuelve más surrealista, nos devuelven a la tierra de un golpe. En primer lugar, señalan las limitaciones de presupuesto, que les obligan a utilizar una pantalla verde. Después, el proyecto se cancela abruptamente. En las últimas escenas, la cámara se aleja de la actriz, exhausta, devastada y a punto de perder la cabeza.
El cortometraje termina con un recordatorio de que «cada día mueren 113 trabajos en todo el mundo sin llegar a producirse«. «Quería hacer un anuncio que arrojara luz sobre el concepto de adónde pueden ir a parar los trabajos muertos y la quiebra creativa que supone lanzarse con un sinfín de referencias y sin una idea real a la vista», explica Brodmann.
Brodmann asegura que cuando empezó a trabajar con otros directores para empaparse de sus estilos y aprender, se sintió «abrumado» por «el enfoque de ‘concurso’ de la industria y por el hecho de que los directores tuvieran que competir entre sí para ganar un trabajo».
«Después de estar en tantas llamadas seguidas y escuchar humo, me quedé con la idea de esta película. Un anuncio que se construye y se deconstruye. Se financió con mis ahorros mientras hacia pitch para otros directores. Así que, de forma cómica y cíclica, todas las empresas que valoro financiaron indirectamente esta pieza», concluye. Su idea es aspirar a presentar «The Pitch» en festivales de cine.