Fundación Mapfre apunta que el 38% de los autónomos mayores querría hacer compatibiles pensión y trabajo

Jubilarse o no jubilarse es el dilema que divide a muchos profesionales mayores de 55 años en España. En especial, entre autónomos y pequeños negocios. El V Barómetro del Consumidor Sénior, de la Fundación Mapfre, refleja que un 38% de los trabajadores sénior en activo estaría dispuesto a compatibilizar el cobro de su pensión con el mantenimiento de su actividad laboral. Al mismo tiempo, un 44% declara que preferiría retirarse antes de los 65 años.

Esta división cobra especial importancia en los trabajadores por cuenta propia. Las pensiones más bajas que reciben los autónomos hacen más habitual prolongar la actividad laboral. El barómetro pone cifras a una realidad que afecta tanto a quienes desean jubilarse pronto como a quienes quieren seguir en activo.

La OCDE advierte de que aprovechar el talento sénior es una cuestión económica de primer orden. Según sus cálculos, movilizar la experiencia de los mayores de 55 años podría aumentar el PIB en 0,26 puntos porcentuales. La recomendación es clara: reducir las jubilaciones anticipadas y facilitar fórmulas de continuidad.

Por ello, el Gobierno ha planteado incluso la creación de una jubilación reversible. Esta figura permitiría a quienes ya cobran pensión volver a trabajar sin perder derechos. Esa flexibilidad encaja con el perfil de los autónomos que quieren seguir vinculados a su negocio. El reto es que las medidas se conviertan en opciones reales y atractivas.

Para los autónomos, el edadismo complica la búsqueda de financiación y la captación de nuevos clientes

El barómetro revela que muchos sénior se sienten frenados en su vida profesional. Un 32% de las personas de 55 a 59 años afirma haber sufrido discriminación por su edad. En la franja de 60 a 64 años, ese porcentaje baja al 23% pero sigue siendo relevante.

Para los autónomos, el edadismo no solo se traduce en dificultades para acceder a empleo. También complica la búsqueda de financiación y la captación de nuevos clientes en determinados sectores. La percepción negativa de la edad limita oportunidades en un momento en que la experiencia debería contar como un valor.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) contabilizaba a mediados de 2025 más de 530.000 personas mayores de 55 años en paro. Ese volumen de desempleo sénior refleja el desaprovechamiento de una parte importante de la fuerza laboral. A la vez, la sociedad afronta el reto del envejecimiento y la sostenibilidad del sistema de pensiones.

El análisis de la Fundación Mapfre señala que las políticas públicas deben acompañarse de un cambio cultural. La creación de entornos laborales más inclusivos y adaptados a la realidad de los sénior se considera esencial para aprovechar su experiencia. No se trata solo de leyes, sino de actitudes sociales y empresariales.

Autónomos y jubilación: una relación marcada por la continuidad

Entre los ya jubilados, el barómetro revela una predisposición a seguir activos. Un 25% de quienes han dejado de trabajar desearía compatibilizar pensión y empleo. Además, un 15% admite que hubiera preferido jubilarse más allá de los 65 años.

En el caso de los autónomos, la jubilación no significa necesariamente el cierre inmediato de la actividad. Mantener abierto un negocio implica responsabilidades que se prolongan más allá de la edad legal. El dilema entre retirarse o continuar no es solo económico, sino también personal.

Los pequeños negocios familiares se encuentran a menudo en esta situación. El relevo generacional o la falta de sucesión hacen que la jubilación del titular condicione la supervivencia de la actividad. En este contexto, alargar la vida laboral aparece como una salida frecuente.

La división de posturas reflejada en el barómetro muestra que no existe un único modelo. Algunos ven en la jubilación anticipada la oportunidad de descansar tras décadas de esfuerzo, mientras que otros valoran seguir sumando ingresos y proyectos. La dualidad es clara y afecta directamente a los autónomos.

La necesidad de políticas que hagan viable la prolongación laboral

El debate no se limita a las cifras de intención. Las medidas que conviertan en real la compatibilidad entre pensión y trabajo son determinantes para el futuro del sistema. La clave está en que prolongar la vida laboral sea una elección y no una obligación.

La jubilación activa, la parcial y la reversible son fórmulas que el barómetro sitúa en el centro de la discusión. Los autónomos podrían beneficiarse de estas alternativas para seguir cotizando y manteniendo actividad. La diversidad de trayectorias laborales requiere herramientas adaptadas.

El dilema entre jubilarse o no jubilarse refleja una tensión que va más allá de lo individual. La sociedad necesita aprovechar la experiencia de los sénior para no perder capital humano y económico. La OCDE lo plantea en términos de crecimiento, y los datos españoles lo confirman.

Sol Galindo