La mayoría de los españoles están deseando alcanzar la edad de jubilción ordinaria, fijada en 2027 en los 67 años, para retirarse de la vida activa y cobrar una pensión. Sin embargo, otros trabajadores prefieren seguir adelante en el mundo laboral, convertidos en auténticos «jubilópatas». En estos casos, la Seguridad Social ofrece, diferentes opciones para seguir en activo sin renunciar a la pensión que por edad les corresponde.
Los nuevos modelos de compatibilidad: flexible, activa y parcial
Si bien la Seguridad Social ya tenía opciones para ofrecer a trabajadores que no querían jubilarse de manera completa, una vía para seguir en el mercado laboral, ahora se han mejorado estas fórmulas. En España se puede compatibilizar el trabajo y la pensión. Para ello, hay tres formas.
La primera de ellas es la jubilación parcial. Esta se inicia cuando el trabajador ha cumplido los 60 años y permite que haya una reducción de la jornada, que irá entre el 25 y el 75 %, con o sin contrato de relevo. De esta forma, ganaría, por un lado, el sueldo de su trabajo y, por otro, una parte de la jubilación.
La siguiente opción es la jubilación flexible, que permite compatibilizar la pensión con un trabajo a tiempo parcial. De esta forma, la cuantía de la jubilación se ajusta según la jornada que se trabaje.
Como novedad, está la jubilación activa, que ahora es más accesible y tiene ciertos incentivos. Desde el 1 de abril de 2025 se puede acceder a esta fórmula de la Seguridad Social sin que haya que cumplir un requisito anterior: haber cotizado lo suficiente para alcanzar el 100 % de la base reguladora. Esto permite que más jubilados puedan acceder a ella.
El requisito que hay que cumplir para la jubilación activa es retrasar el acceso a la pensión un año por lo menos al de la edad legal de jubilación. Es decir, si para 2025 es de 66 años y 8 meses, o 65 si se acreditan más de 38 años y 3 meses de cotización, entonces has de esperar a tener 67 años y 8 meses, o 66 años, respectivamente, para optar por la jubilación activa.
No son válidas las jubilaciones anticipadas o bonificadas y tampoco es compatible esta opción con un empleo o un alta como alto cargo en el sector público.
Según la demora que se produzca, la pensión cambia. Si se hace con un año de demora, se consigue el 45 % de la pensión. Si son dos años, el 55 %. Para tres años, el 65 %. Así hasta alcanzar los cinco o más años, que llegaría al 100 %.
También los autónomos pueden acogerse a retrasar su jubilación
En el caso de los autónomos, también los trabajadores por cuenta propia pueden acogerse a la jubilación activa. Pero, para ellos, hay un requisito más. No basta solo con demorar el acceso a la jubilación, sino que tienen que contratar de manera indefinida al menos a un trabajador por cuenta ajena, bien a uno que tenga más de 18 meses de antigüedad, bien a un nuevo trabajador que no tuviera ningún vínculo laboral en, al menos, dos años anteriores.
También la pensión que recibe cambia con respecto a los trabajadores por cuenta ajena. En este caso, se recibe el 75 % de la pensión si se demora entre uno y tres años. Y a partir del cuarto, cobra el 80 % y se le aplican los incrementos anuales del 5 % hasta llegar al 100 % de la pensión.
Qué pasa mientras se trabaja y se recibe la pensión
A lo largo de los años, la pensión que se recibe va a seguir revalorizándose como si se cobrara plenamente, pero en realidad el importe que se recibe será según el porcentaje correspondiente. Además, estos trabajadores jubilados no tienen derecho a los complementos por mínima durante el periodo en que estén en activo. Sí pueden solicitarlos una vez su condición cambie.
En cuanto a las cotizaciones, durante el tiempo que estén activos, también lo estarán las contingencias profesionales y la incapacidad temporal, así como una cotización especial de solidaridad del 9 % que no es computable ni para las prestaciones ni para incrementar la base reguladora.
Una vez que se deja de trabajar, entonces se recibe la pensión íntegra del 100 %, lo que permite dejar la vida profesional para disfrutar de un merecido descanso después de haber estado trabajando durante años.