Otra de las distorsiones frecuentes del mercado es aquella de que para posicionarte en la mente (y el corazón, no olvides al corazón) de tus clientes debes hacer que te escuchen.
Otra de las distorsiones frecuentes del mercado es aquella de que para posicionarte en la mente (y el corazón, no olvides al corazón) de tus clientes debes hacer que te escuchen.