La verdad y toda la verdad sobre la procrastinación de los creativos
A quienes se dedican profesionalmente a la creatividad les gusta proclamar a los cuatro vientos que están creando las 24 horas del día y los 7 días de la semana. En cambio, prefieren guardarse para sí, como si fuera un oscuro secreto digno de ser soterrado en lo más hondo de sus entretelas, que su actividad creativa (quizás no tan frenética) está en buena a medida a merced de a procrastinación.
Todos aquellos que tienen la creatividad como oficio saben (aunque les cueste a veces confesarlo) que a las ideas, las que constituyen su materia prima de trabajo, les gusta sobremanera hacerse las remolonas. Y por esta razón la procrastinación está a la orden del día en el desempeño de su trabajo, que está lastrado, por ende, por múltiples bloqueos.
La procrastinación ha clavado sus insidiosas garras en la cineasta Aleksandra Kingo en innumerables ocasiones a lo largo de su carrera profesional y ahora ha decidido rendirle un cómico tributo cinematográfico con el proyecto «An Ode to Procrastination» (Una oda a la procrastinación).
En este divertido y honesto cortometraje la directora muestra sin tapujos aquello en lo que consiste realmente la creatividad cuando esta elige cobijarse en un oficio: estar mano sobre mano la mayor del tiempo, esperar a que la inspiración tenga a bien tocar con su varita digital a quienes se ganan la vida con sus (huidizas) ideas y fingir entretanto que todo va como la seda.
El corto fija la mirada en Sarah, una joven artista interpretada por Sarah Sayuri Hare que está pergeñando la que ella cree que es la obra de su vida (y que espera que los demás tilden de «disruptiva» e «icónica»). Sin embargo, a la joven le cuesta ponerse manos a la obra con su «magnum opus» y la procrastinación se interpone invariablemente en su camino.
Mientras espera a que las ideas tengan a bien iluminarla, la protagonista se entretiene acometiendo tareas tan erráticas como absurdas para ocupar su tiempo. Y aunque Sarah trata de minimizar con frases motivacionales las consecuencias del bloqueo creativo del que está siendo víctima a todas luces, el espectador puede sentir la ansiedad y el desasosiego en su voz.
«El cortometraje es un intento de hacer frente a mis frustraciones en el plano creativo de una forma tan cómica como absurda. Lo sé todo sobre la procrastinación y las dudas de naturaleza creativa. Temer comenzar a hacer algo que realmente amas es definitivamente una tortura», dice Aleksandra Kingo en declaraciones a AdAge. «Pero como Sarah, me he convertido en maestra en el arte de fingir que todo está bien y hacer como si no pasara nada. De alguna manera Sarah soy yo, pero ella representa también a todos los creativos que están ahí fuera. Quería crear un filme con el que gente pudiera sentirse identificada y que fuera terapéutico, pero que no fuera condescendiente ni tuviera ánimo de mofa», subraya.
«Pensar en lo mucho que procrastiné cuando empecé a escribir el guion de este filme sobre la procrastinación es bastante ‘meta’, lo cual hace el corte aún más especial», asevera Kingo.
El objetivo de la cineasta es no solo entretener sino también colocar bajo los focos las batallas que tienen lugar en la mente de aquellos se trabajan en la industria creativa, que están normalmente sometidos a muchísima presión.
Publicado en la red de redes el pasado mes de abril, el cortometraje «An Ode to Procrastination» ha sido agasajado con reconocimientos en proyecciones de certámenes como Berlin Commercial, Aesthetica Short Film Festival, 1.4 Awards, Conero Film + Advertising, Kinsale Shark Awards y ADC Awards.