Ser o no ser B Corp, esa es la cuestión que cada vez más empresas se preguntan y en todos los casos, ya sean compañías grandes o pymes y startups, la respuesta coincide en que sí merece la pena ser B Corp; es decir, pertenecer a un movimiento global de compañías que están transformando la economía al apostar por estrategias más inclusivas y sostenibles que benefician a todos los ciudadanos, las comunidades y el planeta. Para ello, en la toma de decisiones tienen en cuenta a sus trabajadores, clientes, proveedores, la comunidad y el medio ambiente.
10 beneficios de ser una empresa B Corp
Todavía muchos directivos consideran que cumplir estándares sociales y ambientales no es rentable para sus negocios. Sin embargo, este pensamiento está cada vez más alejado de la realidad empresarial.
En este sentido, Carlota de Paula Coelho, Policy Lead en B Lab Europe y profesora del Master in Sustainable Development de la Escuela de Organización Industrial (EOI), señala que entre las conclusiones obtenidas tras una investigación hecha en Europa con empresas que representan el modelo sostenible y regenerativo destacan cuatro beneficios. ¿El primero? “Un sólido crecimiento competitivo de los ingresos junto con su impacto, con un 22% de crecimiento anual de media entre las empresas B Corps”; además, “un mayor interés por parte de talento de alta calidad, seguido de altos niveles de motivación y retención de empleados; un mejor acceso al capital y un menor coste del mismo y un mayor impacto a lo largo del tiempo: el 40% de las empresas añadieron un nuevo modelo de negocio de impacto y aumentaron de media su puntuación de impacto en un 6% en la recertificación”, dice la profesora de EOI.
Con ella y con Alejandro Rodríguez Bolaños, director de Celera y también profesor del Máster in Sustainability, ESG & Impact Innovation y del Master in Green & Tech MBA, ambos del EOI, ahondamos en estas y otras ventajas que supone ser una empresa orientada a la generación de impacto positivo.
1. Generar credibilidad y confianza
Cuando hablamos de empresas B Corp hablamos de generar valor dentro de un marco auditado. Así, para garantizar que este impacto es real y obtener la certificación, las empresas deben cumplir con unos exhaustivos requisitos de transparencia y responsabilidad legal. Esto las posiciona dentro de un escenario de confiabilidad para los consumidores, los proveedores y el mercado en general.
“Para ser B Corp, hay que completar una evaluación de medición de desempeño social y ambiental, llegar a 80 puntos y aprobar una auditoría para certificarse”, detalla Carlota de Paula Coelho. Sin embargo, en su opinión “certificarse es lo de menos. Lo interesante es usar la Evaluación de Impacto B como herramienta (que es gratuita y didáctica) para familiarizarse en temas de sostenibilidad empresarial, identificar puntos de mejora etc”.
2. Mejorar la gestión de riesgos
El compromiso de las empresas que adquieren la certificación B Corp es tan real que para conservarla tienen que someterse a una reevaluación cada tres años. Revalidar el proceso es la manera de afianzar sus propósitos, pues requiere seguir trabajando en establecer objetivos de mejora y en realizar un seguimiento del desempeño a lo largo del tiempo, lo que permite reducir los riesgos empresariales. “Integrar aspectos de sostenibilidad en la gestión, mejorará la gestión de riesgos derivados de problemas sociales y ambientales de la pyme o de la startup. Por ejemplo: una rotación de empleados elevada, la crisis de suministro, la subida del precio de la electricidad. etc”, señala la profesora del Máster de EOI.
3. Atraer talento responsable e innovador
Para profundizar en este punto, Alejandro Rodríguez Bolaños nos pone en contexto: “Estados Unidos, allá por la primavera de 2021. La vuelta al trabajo después de la pandemia se hace más dura para las personas que, después de haber tenido el tiempo y la experiencia de cuestionarse sus prioridades vitales y su día a día en el trabajo, ven que algo no encaja”.
El resultado es el fenómeno que el psicólogo Anthony Klortz ha denominado La Gran Renuncia. Con él se refiere a los millones de personas que abandonaron sus empleos con el objetivo de encontrar un modelo de trabajo más humano y flexible con el que ver satisfechas sus inquietudes y posturas vitales.
“En este paradigma, la lucha por el talento es feroz, ya que hay una dicotomía entre la oferta empresarial y la demanda del empleado. Esto es lo que la mayoría del mercado laboral no entiende y el game changer que las empresas B Corp sí están sabiendo capturar”, señala Rodríguez Bolaños.
Además, explica cómo lo hacen: “Desde la horizontalidad de sus modelos de gobernanza, a la flexibilidad dada a los trabajadores, la promoción de la igualdad en la contratación y vida laboral (reducción de brecha de género) y las condiciones económicas dignas, las B Corp cuentan en su mayoría con un modelo de trabajo atractivo para la captación del talento que busca desarrollar de una manera más holística su carrera laboral, generando un impacto positivo con su actividad sin renunciar a la rentabilidad económica”.
Con respecto a España, el profesor del Máster in Sustainability, ESG & Impact Innovation de EOI, apunta que en el último año más de 70.000 trabajadores renunciaron a su empleo, dato récord hasta la fecha a pesar de la crisis y los efectos de la guerra de Ucrania. “En este mismo periodo de tiempo, las B Corp españolas aumentaron su plantilla en un 32%, dato que se dispara en los últimos tres años, cuando un 70% de las compañías B Corp de más de diez empleados han aumentado su plantilla. Tan solo hay que generar el espacio para que las personas se replanteen el para qué y el cómo de su trabajo, dando a conocer que este tipo de modelos de trabajo son posibles”.
4. Capturar nuevas cuotas de mercado
Otro de los cambios producidos a raíz de la pandemia del Covid-19 tiene relación con la huella profunda y que aún perdura hacia el consumo responsable y el respeto por el medio ambiente.
Como consumidores, esta sensibilidad se ha trasladado hacia la búsqueda de marcas cada vez más responsables, tal y como confirma el profesor de EOI: “En la época poscovid, el consumidor prioriza el bienestar, la salud y la sostenibilidad como parámetros de compras. El consumo sostenible es ya una realidad. El 90% de los ciudadanos demanda una mayor involucración de la empresa privada a la hora de considerar objetivos ambientales y sociales, declarando un 78% de mayor probabilidad de compra de productos y servicios si estos son de marcas con propósito”, explica Rodríguez Bolaños.
Asimismo, apunta que debemos considerar que en torno a un 75% de la fuerza laboral será millenial en 2025, una generación más involucrada en cuestiones sostenibles y que, por tanto, empujarán con mayor fuerza al mercado para favorecer una compra más sostenible. “Esto es a la vez una oportunidad para los early adopters para capturar cuota de mercado, como un riesgo para las empresas que no actúen. Según estudios sectoriales, más del 50% de los encuestados dejaría de comprar los productos de una empresa que actúe negativamente contra el medioambiente o se vea involucrada en escándalos sociales. El 34% trataría de convencer a sus allegados de hacerlo y el 32% reduciría su consumo”.
5. Captar inversores financieros
De la misma manera que las empresas B Corp captan el talento y conquistan a los consumidores, también son más atractivas hacía los inversores, ya que los criterios ESG (Environmental, Social and Governance, por sus siglas en inglés), es decir, los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo de las empresas se han convertido en la referencia de la Inversión Socialmente Responsable (ISR).
Por poner cifras a esta situación, subrayar que en 2020 la inversión con criterios de responsabilidad social en los mercados financieros españoles alcanzó los 345.314 millones de euros, lo que supuso un incremento del 21% con respecto al año anterior, llegando así a superar a la inversión tradicional al alcanzar el 54% de la inversión total, según el estudio de Spainsif La inversión sostenible y responsable en España 2021.
6. Diferenciarse de la competencia
“Hemos de recordar que cada vez nos encontramos frente a un consumidor más conectado, con fácil acceso a la información y que se vuelve exigente a la hora de tomar decisiones al elegir sus marcas de referencia”, dice Alejandro Rodríguez Bolaños.
En este sentido, la certificación B Corp es una oportunidad para posicionarse en un mercado global competitivo y diferenciarse como compañía moderna, innovadora y preocupada por la diversidad y la igualdad, frente a las empresas que siguen ancladas en el pasado. Esta diferenciación constituye una ventaja competitiva pues aporta reconocimiento social y notoriedad.
7. Pertenecer a una comunidad
Cuando una empresa obtiene el sello B Corp, se une a un movimiento global que está construyendo una economía sostenible e inclusiva y a una comunidad activa de líderes empresariales que comparten una misma visión y valores.
Para fomentar ese compromiso por trabajar conjuntamente, las empresas certificadas realizan encuentros presenciales y establecen relaciones con clientes y proveedores dentro de una comunidad de cambio.
8. Adelantarse a la legislación
Ante el reto de cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, las administraciones públicas están impulsando leyes que favorecen a las empresas responsables.
En países como Francia, Italia o Estados Unidos ya existen marcos legales que amparan a este tipo de organizaciones y en España existe la Ley de Sociedades de Beneficio e Interés Común, que es el resultado de una campaña del movimiento B Corp y reconoce una figura jurídica distinta para esas empresas que tienen un objetivo social y/o ambiental. “Espero que este año se apruebe también la Directiva europea de diligencia debida, que obligará a los directivos a identificar y responsabilizarse por los impactos sociales y ambientales negativos que ocurren en la cadena de suministro de la empresa. Eso sí que cambiaría las cosas”, dice Carlota de Paula.
También a nivel europeo, el pasado 5 de enero entró en vigor la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) que, según apunta la experta, todavía tiene que ser transpuesta al ordenamiento jurídico español y tendrá efectos sobre el año fiscal 2024, informe a publicar en 2025.
“En teoría, la CSRD no prescribe ninguna conducta, solo obliga a las empresas a divulgar información acorde a requerimientos formulados en los estándares que acompañan la directiva (European Sustainability Reporting Standards). El objetivo es que eso permita a las instituciones financieras votar con su monedero y reorientar flujos masivos de capitales hacía inversiones sostenibles. Que los mercados juzguen a las empresas por su desempeño social y ambiental y que el capitalismo consciente salve el mundo. En la práctica, llevará a las empresas a implementar los procesos necesarios para la colecta de esos datos sociales y ambientales y, ojalá, fomentará la gestión y la mejora de esos indicadores”.
9. Liderar la transformación
El número de empresas que logra superar los filtros para obtener el certificado B Corp todavía es reducido, de ahí que las compañías que lo logran se posicionen como referente de sostenibilidad y compromiso en su sector.
La Certificación B Corp se basa en las prácticas y políticas verificadas de una empresa durante el último año, en lugar de lo que aspira a hacer en el futuro. Eso significa que solo las compañías que han estado en funcionamiento durante al menos doce meses son elegibles para la Certificación de Empresa B.
Por su parte, las empresas nuevas y pequeñas cuentan con el estado Pending B Corps, diseñado para darles tiempo para prepararse para el riguroso proceso de certificación completa de B Corp.
Además, la Escuela de Organización Industrial dispone de un programa de posgrado que ayuda a liderar esa transformación. Se trata del el Máster in Sustainability, ESG & Impact Innovation y va dirigido “a todos aquellos profesionales que miran al futuro y entienden que este ha de ser sostenible. Su propósito es preparar una nueva generación de líderes empresariales responsables, que llevarán a las organizaciones y decission makers a enfrentar los desafíos globales del siglo XXI”, explica Alejandro Rodríguez Bolaños.
El programa se imparte en inglés y atrae a alumnos de distintas nacionalidades. Según el profesor, “aúna a personas inquietas de distintas disciplinas (desde ADE a Ingenierías) y edades profesionales (de 22 a +35 años) con el fin de desarrollar una visión trasversal sobre la sostenibilidad desde el sector privado, tercer sector y policy making”.
10. Satisfacción y enriquecimiento personal
Más allá de lo profesional, trabajar con el propósito de generar un impacto positivo también tiene efectos beneficiosos a nivel personal.
Carlota de Paula Coelho dice que para ella es un privilegio. “Soy más feliz y la vida es más bonita desde que trabajo con este enfoque. Lo que más me fascina son las personas maravillosas que me voy encontrando por el camino”.
Por su parte, para Alejandro Rodríguez Bolaños trabajar con propósito “supone levantarse cada día y ver un sentido en aquello que realizas. Una de las mayores causas de insatisfacción laboral es no ver el resultado tangible de tu trabajo o, peor aún, verlo y que este implique perjuicio para las personas o el planeta. Alinear los valores personales con la misión de la compañía en la que trabajas y la actividad que realizas, supone ir en el mismo camino, estar motivado y ser más productivo. Pero, sobre todo, supone sentir que los pasos, los dados y los futuros, merecen la pena”.