¿Cómo puedo invertir en una startup y aprovechar sus beneficios fiscales?

En la actualidad, invertir en materias primas como el oro y la plata, o en criptomonedas como los ‘bitcoins’, parece estar a la orden del día, sin embargo, existen otros mercados que pueden ser incluso más rentables. Un ejemplo es el de las startups, es decir, negocios emergentes, innovadores y, generalmente, del ámbito tecnológico. Lo primero que hay que tener en cuenta es que «cualquier persona puede ser inversor de startups, todas las actividades económicas permiten el acceso a participaciones en empresas y eso no deriva sobre el inversor ningún tipo de responsabilidad añadido», explicó Alberto Torrecillas, experto en startups y socio economista de la asesoría Aselec.

Si bien invertir en este mercado primario de empresas de reciente creación «conlleva un riesgo, también puede derivar en rentabilidades muy altas«, señaló Torrecillas. Y dicha rentabilidad, se une a los grandes beneficios fiscales a los que pueden acceder los inversores de startups que ha mejorado el recién aprobado Anteproyecto de la Ley de Starups, entre los que destaca el incremento en la deducción del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF) por la inversión de hasta el 40%. «Esta nueva Ley ha venido a introducir medidas encaminadas a fomentar la atracción de la inversión hacia el ecosistema de las startups. Busca alentar a los inversores con mejoras tributarias y que conozcan exactamente cuáles son las reglas del juego», apuntó por su parte la socia directora del Área de Derecho Tributario de la firma Selier Abogados, Laura Blanco.

Según los expertos, el perfil de inversor que se está dando a día de hoy son «personas que confían en los emprendedores y en los proyectos que estos desarrollan. Se trata de gente que apoya a los jóvenes, ya en su mayoría los creadores de startup son jóvenes, y se interesa por la innovación», dijo el socio economista de Aselec. No obstante, Torrecillas recalcó que, además de esa característica, «los inversores son un perfil de riesgo, es decir, es importante que las personas que inviertan en este mercado sean conscientes del riesgo que puede conllevar al ser productos que no están testados en el mercado. Precisamente este riesgo es lo que hace que pueda derivar en grandes rentabilidades«.


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Guía para invertir en una startup, paso a paso

El primer paso que tienen que dar los inversores que quieran entrar en este mercado de las startups es acceder a él, y esto puede ser o bien porque ellos mismos tengan conocimientos sobre startups o porque acudan a una asesoría especializada a informarse. «Cuando alguien acude a nosotros la primera pregunta que se le hace es si la startup en la que quiere invertir tiene un proyecto con una oferta vinculante para él o ella. Es decir, si le han hecho una exposición y le han entregado un documento con información sobre en qué consiste, cuál es el futuro de la empresa, el dinero que va a invertir y cuándo lo va a ir recuperar según los diferentes escenarios que atraviese la entidad«, explicó el experto de la asesoría Aselec.,

«La mayoría de las startups están vinculadas al sector tecnológico, pero este sector es muy amplio. Saber donde se va a mover su dinero es primordial, porque aunque te muestren como funciona, al final el que asume la responsabilidad última es el inversor, por lo tanto tienen que tener muy en cuenta dónde, cómo y en qué momento se está invirtiendo«, apuntó la abogada Laura Blanco.

El segundo paso, una vez el inversor está convencido, es que dicho proyecto logre convencer al asesor que guiará la inversión. «Es muy conveniente que los asesores evalúen dicha oferta y le exponga al inversor su opinión, que puede ser favorable o desfavorable«, añadió Torrecillas. Si la opinión del experto es favorable, entonces es cuando se empiezan a ver las ventajas fiscales que le ofrece esta inversión al profesional, este constituiría el tercer paso. Con la aprobación del Anteproyecto de la Ley de Startups se han mejorado los beneficios tanto de los inversores como de los emprendedores, «lo que también puede propiciar la proliferación de este mercado y sus inversiones», dijo la abogada.

Un vez que tanto el inversor como su asesor han valorado positivamente el proyecto de la startup donde se va a invertir, hay que pasar al cuarto y último paso, que sería definir la seguridad jurídica de la inversión. «Lo que normalmente se suele hace es suscribir participaciones, es decir que los inversores se hagan socios de la startup«, explicó el asesor y socio economista de Aselec. Si bien para invertir en una startup no es imprescindible hacer socio de ella, es algo que todos los expertos recomiendan. «El hecho de que un notario certifique la inversión hace, no sólo que el inversor se beneficie de todas las ventajas fiscales ante Hacienda, sino que también recude considerablemente el riesgo al otorgarle todas las garantías que da la Ley de Sociedades«, aseguró Torrecillas.

¿Riesgo o rentabilidad?

Una startup es una empresa que tiene unas características muy concretas: son negocios de reciente creación, con un componente innovador relacionado normalmente con la tecnología y no están muy testadas en el mercado. Al mismo tiempo, son proyectos que, a veces, no tienen acceso a la financiación bancaria o externa, «y esto se debe a que le faltan garantías para convencer a las entidades bancarias de que les den un crédito, por ello son proyectos recurren a financiación tanto propia como de inversores privados para salir adelante», explicaron desde la asesoría Aselec.

Todo este escenario es el que hace que las inversiones no tengan un riesgo tasado, es decir, «que no se pueda contabilidad ni comparar el riesgo con otras startups, lo que sí se sabe es que su riesgo es alto porque se trata de un mercado primario. No obstante, el mero hecho de las startups tengan un alto riesgo es lo que les da también una alta rentabilidad. El binomio rentabilidad-riesgo se da siempre. Cuanto más alto es el riesgo, más alta puede ser la rentabilidad«, señaló Alberto Torrecillas.

Ahora bien, ¿Cómo se puede resolver este binomio de riesgo-rentabilidad?, «la única manera de asegurar una inversión es la información de calidad. Si se puede obtener información del proyecto en el que se va a invertir ya quiere decir que ese proyecto es bueno; porque sino se puede obtener información sobre ese proyecto, bien porque es escasa o porque carece de ella, es recomendable huir de esa inversión porque implica que no es un proyecto trabajado, sino que se trata simplemente de una idea», aconsejó el experto.

Cabe recordar que, a pesar de la crisis del Covid-19, las startups consiguieron recaudar más de 220 millones de euros solo en los últimos seis meses de 2020. Son datos que se extraen del Informe sobre Tendencias de inversión en España Q2 2020, donde se destaca además que no sólo hubo un notable aumento en el número de operaciones realizadas -que es el mayor de los últimos dos años-, sino que también se incrementó «la actividad de inversores profesionales, especialmente fondos de venture capital (de capital riesgo) que aumentaron de forma importante respecto al trimestre anterior, tanto en volumen (312,9% más) como en número de operaciones (55% más)».

¿Dónde se encuentran las startups?

A pesar de ser un movimiento que lleva años ya años en el mercado, los expertos coinciden en que ha sido siempre muy deslocalizado y atomizado, en definitiva «nunca se ha habilitado un espacio en el que se organicen y se presenten las startups», señaló el asesor de Aselec. Pero a medida que vamos avanzando, este tipo de inversiones son cada vez más sonadas e importantes, ya que «cada vez se valora mucho mas la innovación tecnológica y se está empezando a regular el mercado, lo que facilita mucho esa búsqueda», añadió.

«Ahora están surgiendo viveros donde poder informarse sobre las distintas startups y proyectos de los emprendedores». De hecho, el asesor explicó que, cuando salga adelante la Ley de Startups, la entidad llamada Enisa, se convertirá en una importante fuente de información para los inversores, ya que habilitarán un espacio para todos aquellos proyectos que hayan obtenido la certificación se startup y donde se pueda invertir.

Otro lugar donde los inversores pueden encontrar estas empresas emergentes son los centros tecnológicos. «Son opciones más locales o incluso regionales, cada ciudad o comunidad autónoma cuenta con este tipo de centros donde los emprendedores acuden a presentar sus proyectos y constituyen también una buena fuente de información«, aseguró Torrecillas.

Por último estaría «el mar de internet. En internet podemos encontrar muchísimas startups y proyectos que buscan financiación, no obstante, es la fuente menos recomendable para este tipo de acciones. Hay que tener mucho cuidado porque Internet es muy poco fiable y podemos caer en estafas y perder toda la inversión», resaltó el asesor.

Todos los beneficios fiscales de la Ley de Startups

Una de las claves más importantes que introduce el Anteproyecto de la Ley de Startups es la definición de startup. «Establece un concepto bastante restringido de lo que a partir de ahora se va a entender por startup a efectos de aplicación de medidas fiscales. Algo que ha generado mucha controversia porque deja fuera a determinadas empresas que hasta este momento podríamos haber considerado como startups«, explicó Laura Blanco, Socia Directora del Área de Derecho Tributario del despacho Selier Abogados.

Ahora, lo que dice esta ley es que para considerarse startup tiene que ser: que tenga una vida considerada como corta, es decir que no supere los cinco años -ampliado a siete para empresas de sectores determinados-; que sea una empresa de nueva construcción en todo su esplendor, es decir, que no haya surgido de fusiones etc; que tengan un certificado de innovación; y que resida en España. Asimismo, «establece un límite de exclusión, un articulado que explica cuándo las empresas saldrían de estos parámetros y dejarían de ser startup, por ejemplo, uno de ellos es alcanzar un nivel de facturación de cinco millones», añadió la abogada.

Además de esta definición, también introduce una serie de modificaciones fiscales como la reducción cargas tributarias, mejorar la deducción de los inversores a efectos del IRPF y otras medidas encaminadas a fomentar la atracción de los inversores hacia este ecosistema. «Lo primero que hay que diferenciar es que hay beneficios fiscales para la propia startup y otros mejorados para el  inversor»:

Ventajas fiscales para el inversor

La ley ha mejorado la deducción a efectos de IRPF que ya existía sobre las inversiones en empresas de nueva o reciente creación. En concreto, la futura norma elevará la base máxima de reducción de los actuales 60.000 euros al año a los 100.000 euros al año. Además, también se incrementará el porcentaje de deducción del actual 30% al 40%. Todo ello, en palabras de la experta, se hace para que el inversor vea que, aparte de realizar la inversión, esa apuesta  también le va a generar un beneficio fiscal en su declaración de la declaración de la RENTA.

El Anteproyecto de Ley eliminará la obligación al inversor internacional de tener que pedir un NIE para realizar este tipo de acciones. De tal forma que con la aportación de un NIF – que es un documento emitido por la Agencia Tributaria en un procedimiento mucho más rápido y sencillo – será suficiente para que se puedan realizar este tipo de aportaciones cuando provengan de fuera de las fronteras. Unido a ello, Blanco destacó la digitalización de muchos procedimientos que van a permitir a “los inversores poder realizar los trámites de manera telemática, y que no tengan la obligación, como está ocurriendo ahora mismo, de tener que desplazarse hasta el país para materializar la inversión”.

Por último, la abogada del bufete Selier comentó la mejora de los stock-options -una forma de remuneración por el trabajo frecuente en las startupsque consiste en ofrecer la posibilidad a los directivos o empleados que obtengan, con o sin coste, acciones de la empresa donde trabajan-. En concreto, el importe de la exención se elevará de los 12.000 euros a los 45.000 euros con la futura norma.

ANDREA GONZÁLEZ

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