John Calamos, multimillonario hecho a sí mismo, afirma que el camino hacia el éxito puede ser empinado y tortuoso, y que los padres ricos deberían enseñar a sus hijos que encontrar el sentido de la vida está por encima del dinero.
Calamos, de 84 años, creció en un apartamento encima de la tienda de ultramarinos de su familia grecoamericana, donde empezó a trabajar muy joven. Pilotó aviones durante la guerra de Vietnam antes de construir su imperio empresarial. Es el fundador de Calamos Investments, que gestiona activos por valor de más de 40.000 millones de dólares.
Calamos, que publicó una biografía, The Sky’s the Limit (‘El cielo es el límite’), en abril, comparte sus consejos para jóvenes y padres con Business Insider.
Forja tu propio camino
Calamos se alistó en el ejército tras tomarse muy a pecho el llamamiento del Presidente John F. Kennedy para el pueblo: «no te preguntes qué puede hacer tu país por ti; pregúntate qué puedes hacer tú por tu país».
El pionero de los bonos convertibles tiene un mensaje similar para los recién graduados: «ahora no se sale de la universidad y se dice: ‘vale, ¿qué me va a dar el Gobierno? No se trata de lo que el gobierno te va a dar, sino de lo que tú puedes hacer».
Calamos dice que pudo hacerse rico a pesar de sus modestos comienzos siendo «creativo, innovador». Ser decidido y tener objetivos son la clave para lograr grandes cosas, afirma.
En su libro, escribe que los jóvenes no deberían ceder a la presión de especializarse pronto, ya que él encontró valor en un «camino más sinuoso».
Calamos empezó como estudiante de ingeniería, estudió filosofía, cambió a arquitectura, se licenció en economía y más tarde obtuvo un MBA.
«Está bien cambiar de rumbo a medida que aprendes más sobre ti mismo, sobre lo que realmente te importa y lo que enciende tu pasión», escribe.
Calamos añade que es crucial seguir aprendiendo, mantener la curiosidad y buscar mejores formas de hacer las cosas en cada etapa de nuestra carrera profesional.
«Este enfoque en la mejora continua, la innovación y el aprendizaje ha sido clave para mi propio éxito», escribe.
Trabajo duro y dedicación
Calamos comparte una de las cosas que aprendió en su infancia y sugiere cómo los padres acomodados pueden evitar criar hijos con demasiados privilegios.
«Lo que aprendí de mis padres fue la ética del trabajo», comenta a BI. «Trabajaban duro todo el tiempo».
Calamos empezó a trabajar desde muy joven, primero llenando las estanterías de la tienda de su familia, más tarde repartiendo comida y periódicos, lavando ventanas y mucho más.
La misión de un padre no es simplemente darle dinero a sus hijos, sino inculcarles los valores del trabajo duro y la perseverancia, añade. El mensaje debe ser: «no se trata del dinero, sino de la misión; el dinero es un subproducto».













