Emprender no es sencillo y, aunque muchas personas se deciden a iniciar su propio negocio, existe cierto problema en las nuevas generaciones. En su paso por el pódcast Rutas de éxito, Antonio Reyes, un camionero autónomo de 27 años, ha explicado su historia y cómo fueron sus comienzos en el sector del transporte, haciendo hincapié en lo complicados que fueron sus inicios. Actualmente, gestiona su segundo camión, pero para llegar a esta situación tuvo que realizar un gran esfuerzo que hoy en día no ve en la generación Z.
El transportista recalca que tuvo que enfrentarse a una gran inversión inicial para adentrarse en el sector, ya que conseguir los carnés y el CAP (Certificado de Aptitud Profesional) supuso un gasto de entre 3.000 y 4.000 euros. Esta es la cifra que asegura que hay que pagar en la mayoría de las comunidades autónomas, aunque en algunas regiones como Extremadura hay subvenciones que facilitan el adentrarse en este sector profesional.
De hecho, en su caso logró que parte de su formación fuese subvencionada gracias a las ayudas públicas que le concedieron porque se encontraba desempleado por aquel entonces. “Arranqué con cero euros en la cuenta y una deuda en el taller de casi 8.000 euros por reparar mi primer camión”, explica Antonio, que hace hincapié en que, a estos gastos, hay que sumar los costes fijos de la cuota de autónoma y la gestoría, lo que supone unos 1.200 euros al mes en su caso, “trabajes o no”.
Falta de relevo generacional en el mundo del transporte
Más allá de las dificultades que encontró en sus primeros pasos, le preocupa la falta de relevo generacional, destacando que en su entorno “no hay apenas jóvenes que estén interesados en subirse a un camión por cuenta propia”. Asegura que a muchos les echa para atrás el elevado coste inicial y la propia incertidumbre que provoca el no tener una nómina fija mes a mes. “Muchos optan por empleos asalariados con horarios fijos y menos riesgos, aunque cobren menos”, destaca.
De esta manera, las palabras de Antonio Reyes coinciden con las de otros muchos camioneros que han pasado por Rutas de éxito, donde explican que trabajar por cuenta propia como camionero genera gran inseguridad, principalmente por la inestabilidad en los ingresos y por tener que lidiar con la presión fiscal.
Aunque la facturación de un camión se sitúa entre los 12.000 y 15.000 euros brutos al mes, los gastos fijos y las distintas variables, como el mantenimiento o el combustible, provocan que los beneficios se sitúen entre los 4.500 y los 5.000 euros. Además, estos profesionales indican que la carretera implica tener en cuenta distintos imprevistos como las averías o los accidentes, y es que “el camión puede estar parado meses y los gastos siguen sumando”.
El propio Reyes asegura que lo ha sufrido en primera persona, ya que estuvo 118 días sin trabajar por culpa de un siniestro, pero aun así ha tenido que seguir afrontando los gastos derivados de su actividad.
El camionero destaca la falta de ganas que se ve en la sociedad con respecto al trabajo de camionero, asegurando que en la generación Z, “muchos prefieren invertir en ocio y en consumo inmediato antes que ahorrar para trabajar como autónomos”. Los jóvenes dan mayor valor a la estabilidad que les da cobrar un sueldo fijo cada mes, tener un horario laboral fijo y dejar de lado las preocupaciones sobre el día de mañana, las cuales están muy presentes en el día a día de los transportistas.
Por último, Antonio Reyes destaca que habría que tomar medidas para que esta profesión resulte más atractiva para los jóvenes, simplificando los trámites fiscales, facilitando el acceso a la financiación e incrementando el nivel de protección social ante accidentes o bajas laborales.













