Aviso a emprendedores: las franquicias que triunfan fuera no siempre son un negocio rentable en España

España suma ya 240 cadenas de franquicias extranjeras –casi una de cada cinco– operando en nuestro territorio. Una cifra que ha repuntado en los últimos años, según las cifras de la Asociación Española de Franquiciadores, y que refleja el atractivo de un mercado como el español para las marcas foráneas, con alto consumo presencial y fuerte implantación del sistema de franquicia.

Pero, en muchos casos, quien impulsa esa expansión de una cadena extranjera no es la propia central, sino un emprendedor español. Él es el que asume el papel de desarrollador exclusivo para nuestro país, al firmar lo que se conoce como una franquicia maestra o masterfranquicia. “Y lo cierto es que hacerse con los derechos de explotación de una enseña extranjera no es comprar un modelo de éxito hecho: es implantar una red desde cero en otro país”, advirtió a este medio Owen Weaverly, consultor sobre Implantación Internacional de Brickworth & Turnbull.

Producto, cultura, inversión, estructura y horizonte de rentabilidad son los cinco factores que, según este experto, definen si una franquicia maestra puede funcionar. El producto debe tener un encaje claro en el mercado local; la cultura de consumo exige adaptar lenguaje, forma y propuesta; la inversión debe cubrir toda la implantación; la estructura ha de ser sólida y operativa desde el inicio; y la rentabilidad, entendida como objetivo a medio plazo, no puede esperarse en los primeros meses.

Casos de fracasos como los de Subway, Pizza Hut o Tim Horton’s –por nombrar solo tres conocidas franquicias del mundo de la hostelería–, con una enorme presencia en todo el mundo, pero más bien discreta en España, ilustran qué ocurre cuando alguno de estos cinco factores se subestima o se traslada el concepto de negocio sin adaptarlo a nuestro país. Lo que demuestra que una marca sólida no basta para triunfar.

El producto debe adaptarse al consumidor local o el negocio fracasará en España

“No es suficiente con que algo funcione fuera: hay que verificar si aquí tiene sentido”, afirmó Weaverly. Un producto sin encaje cultural puede bloquear el crecimiento desde el primer local que se abra.

Jaime Rodríguez