Bienvenidos al Gran Silencio

Los líderes empresariales han adoptado desde hace tiempo el lema: «No existe la mala publicidad».

Pero ya no es así.

Se están volviendo cada vez más reservados tras los nuevos ataques de la administración Trump contra el filántropo George Soros, el cofundador de LinkedIn Reid Hoffman y el cómico Jimmy Kimmel, según han declarado varios profesionales de las relaciones públicas a Business Insider.

Según ellos, los directores ejecutivos están rechazando entrevistas con la prensa y otras oportunidades para hablar en público, incluso sobre temas aparentemente inofensivos, por miedo a irritar a la Casa Blanca y a otras instancias. Los profesionales de las relaciones públicas añadieron que los líderes empresariales también están siendo muy cautelosos con lo que escriben en internet y en sus comunicaciones internas.

En las últimas semanas, dos clientes ejecutivos de Marin Richardson, directora ejecutiva de Disrupt PR en Austin, rechazaron ofertas para conceder entrevistas a importantes medios de comunicación. Según ella, una de las oportunidades versaba sobre un tema algo delicado desde el punto de vista político, mientras que la otra no era polémica en absoluto. La directiva añade que uno de los clientes está tratando de conseguir contratos federales, mientras que el otro trabaja con grupos de presión.

«Temen ser señalados o incluidos en una lista que implique que no deben ser contratados por el Gobierno», sostiene Richardson. «Es un clima muy polarizado«.

Del mismo modo, los clientes ejecutivos han estado confesando últimamente a Lydia Davey, cofundadora de Attentio PR en San Francisco, que les preocupa que un percance en una conferencia pueda arruinar sus carreras.

«En este momento, observo una reticencia a adoptar una postura sobre casi cualquier tema», afirma. Por ejemplo, el CEO de una empresa hotelera rechazó recientemente la oportunidad de debatir sobre la situación del sector turístico con una importante publicación empresarial. «Simplemente no están dispuestos a arriesgarse», señala Davey.

Bajo presión

Elegir el silencio es comprensible, según explican expertos en liderazgo y comunicación a Business Insider, dada la presión a la que se ven sometidos actualmente varios detractores del presidente Donald Trump.

Trump señaló recientemente a Soros y Hoffman como donantes demócratas que podrían ser objeto de investigación. Disney y Sinclair retiraron temporalmente el programa nocturno de Kimmel por los comentarios que el cómico hizo sobre el asesinato del aliado de Trump y activista conservador Charlie Kirk.

La Casa Blanca no es lo único que ha tenido un efecto paralizador sobre los líderes. A medida que las cuestiones sociales se han vuelto aún más divisivas en los últimos años, los ejecutivos también han evitado discutir cualquier tema que pudiera antagonizar a los clientes, inversores, empleados o activistas.

«Las organizaciones y sus líderes son conscientes, en este momento, de lo vulnerables que son a los vientos del cambio político», declara a Business Insider Don A. Moore, profesor de la Haas School of Business de la Universidad de California-Berkeley que investiga la confianza. «Esa conciencia debería, sensatamente, hacerles más reacios a adoptar posturas públicas».

La portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, declara a Business Insider que «es la hipocresía definitiva acusar al presidente Trump de lo que Joe Biden hizo activamente durante su presidencia: emprender acciones legales contra sus oponentes políticos».

Esquivar el avispero

La reciente exhortación del vicepresidente JD Vance a los estadounidenses para que denuncien a sus empleadores a quienes elogien la muerte de Kirk también ha aumentado la ansiedad de los líderes empresariales últimamente, según han declarado expertos en liderazgo a Business Insider. Desde entonces, varias empresas han despedido o sancionado a trabajadores por comentarios que hicieron sobre Kirk en redes sociales, entre ellas Microsoft, Delta Air Lines y Nasdaq.

«Estés de acuerdo o no con Vance, está presionando a los directores generales» para que se pronuncien sobre el asunto, afirma Laura Greve, psicóloga de Boston que trabaja con altos ejecutivos, políticos y otras personas de gran éxito.

Otro factor que impulsa a los líderes a guardar silencio es la dolorosa realidad de que casi cualquier cosa que declaren públicamente podría sacarse de contexto en forma de un breve clip de vídeo o una cita escrita, y luego hacerse viral en internet.

«De repente, se te atribuirán cosas que no querías decir», afirma Ronald J. Placone, profesor de comunicación en la Tepper School of Business de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh.

También existe la posibilidad de que una conversación pública en directo entre un director ejecutivo y otra persona, ya sea un periodista, otro director ejecutivo o miembros del público, se desvíe hacia temas políticos.

«No querrás que te provoquen para que llegues a ese punto», asevera Placone. «No querrás verte envuelto en ese avispero».

Andrea Gómez Bobillo

Deja una respuesta